Pocas cosas disfruto tanto en esta vida como dar una conferencia o participar en una mesa redonda.
Lo que es más, una gran cantidad de mis acciones son performances de mesa, pensados para ser una suerte de híbrido entre un acto pedagógico y uno artístico. Suelo llamarlas conferencias performanceadas, pero algún día les inventaré algo más elegante y pegajoso.
A veces estas presentaciones son más académicas y otras son claramente performance. Para mí las conferencias, al igual que el dar clases o talleres, siempre son actos escénicos.
Hay varias conferencias que recuerdo con singular afecto. Estas son fotos de dos de ellas en nuestro archivo.
Tipo de documento: fotografía b/n
Autor: Víctor Lerma
Fecha: 10 de julio de 1983
Medidas: 12.5 cm. de ancho por 8.5 de alto.
De izquierda a derecha: Elena Urrutia, Lola Álvarez Bravo y Mónica Mayer
En 1984, se presentó la exposición Frida Kahlo y Tina Modotti en el Museo Nacional de Arte (MUNAL) tuve el privilegio de que me invitaran a participar en una mesa redonda con dos señoronas dueñas de todo mi respeto y admiración: la fotógrafa Lola Álvarez Bravo y la escritora Elena Urrutia. La muestra se había presentado originalmente en 1982 en la Whitechapel Art Gallery en Londres.
Seguramente escribí y reescribí mi ponencia mil veces. Tenía un miedo espantoso de hablar ante ellas. La borrosa copia que está en el archivo todavía muestra las últimas correcciones que le hice al texto de último momento.
Al final de la mesa Raquel Tibol, que estaba entre el público, se levantó y me puso como chancla porque me atreví a decir que me intrigaba “que incluso la Kahlo y la Modotti, con el altísimo nivel que alcanzaron, no planteaban su trabajo como gran arte, sino como algo más personal y modesto”.
Me atreví a afirmar esto porque Armando Castellanos explicaba en el texto de la pequeña publicación de la muestra que “Para Frida, la pintura era una vía de introspección o desahogo espiritual, y fue por esto que no se adhirió al programa pictórico-político propuesto por los muralistas y otros artistas de la época”. Sin embargo Raquel me hizo dudar y sentir que, aunque involuntariamente, yo había minimizado el trabajo de las artistas, siendo que mi ponencia es centraba en resaltar su importancia como modelos.
Hace un par de años, cuando realicé la Visita al Archivo Olivier Debroise y escuché la grabación de una entrevista setentera que le hizo el crítico a Doña Lola, por fin me sentí tranquila pues ella misma afirmaba, palabras más palabras menos, que ellas (Frida, Tina, María y ella) no eran intelectuales, sino el grupo de mujeres que rodeaba a los intelectuales y a los genios.
Hoy me queda claro que su modestia, para nada peleada con su calidad y relevancia artística o con el hecho de que fue una fotógrafa intrépida al abrir brecha en el fotoperiodismo para todas las mujeres, era parte de las contradicciones que vamos enfrentando al crecer en una sociedad sexista y en la práctica tratar de cambiarla.
Tipo de documento: fotografía color
Autor: Víctor Lerma
Fecha: 1993
Medidas: 12.5 cm. de ancho por 8.5 de alto.
De izquierda a derecha: Mónica Mayer, Raquel Tibol, Maris Bustamante y Felipe Ehrenberg.
En 1993 Raquel me invitó, junto con Maris Bustamante y Felipe Ehrenberg a presentar su libro Confrontaciones en el Museo Tamayo. En este caso mi participación fue más performanceada.
Ya para entonces había agarrado más callo en esto de escribir o de participar en mesas redondas. Escribí un texto que se llama De la pasión a la desilusión: carta pública a Raquel Tibol en el cual le hacía 7 preguntas que me surgieron al leer su libro:
Después del evento, que estuvo muy bien porque Maris presentó su performance Sexy-Kitsch y Felipe se sacó la dentadura y la echó al vaso de agua, Raquel me dijo que se había tenido que controlar para no darme una cachetada cuando empezaron a romper su libro.
En nuestro archivo está el libro medio deshojado que utilicé en la presentación y en nuestra biblioteca la copia intacta que me regaló el editor del libro cuando supo que yo estaba sacada de onda por haberme quedado sin libro después de la presentación.
Tenía un examen profesional en la universidad el día de la Manifestación del Día Después en mayo 2012, pero quería participar en la actividad. Así que, además de hacer mis contribuciones en Twitter, pasé a casa de Mónica una semana antes para recoger mi delantal con la leyenda “No a las maternidades secuestradas”, y durante toda la semana del evento porté el delantal, en mi vida cotidiana, en mis clases de Historia del Arte en la Universidad Iberoamericana y en la calle. Funcionó muy bien porque provocó muchas preguntas que dieron lugar, durante una semana normalmente consagrada a la supuesta celebración de las “mamitas”, a múltiples diálogos y reflexiones sobre la(s) experiencia(s) de la maternidad, y las implicaciones del “secuestro” social y cultural de la maternidad, con alumnos, amigos, colegas y extraños.
Karen Cordero, enero 2013
Vaya que hay coincidencias, y no tantas, en la forma en que cada mujer feminista se acerca a lo que es la maternidad y cómo entiende su secuestro.
La cena en Pinto mi raya para mí fue una buena experiencia al compartir con mujeres feministas de distintas generaciones una rica torta y algunas ideas, pero más allá de ello, me pareció sorprendente la facilidad con la que nos pusimos de acuerdo a la distancia, para elaborar el punteo de demandas sobre la condición de las mujeres en relación a la maternidad. Punteo de lo más diverso y por ello completo, que se difundiría en la acción en el Zócalo… no cabe duda que el feminismo es, como decían por ahí, un paraguas que nos cobija a todas.
Natalia Eguiluz
Foto Yuruen Lerma
mi maternidad es del escombro. como tengo debilidad por la fabulación vean la etimología. escombro, del latín, que está en la sombra. maternidad a la sombra de la norma, la convención, lo debido, lo apropiado, la mesa familiar y el propio útero. Las italianas lo llamaban affidamento; fe, fidelidad, confianza entre lxs rarxs.
Helena López.
Por fin rumbo a Zacatecas. Yo creí que no iba a poder salir porque el último mes me la he pasado cuidando a mi papá que a sus 90 años ha tenido diversos problemas físicos por la edad, aunque lo más difícil para mí, ha sido enfrentarme a los estragos que causa en la memoria. A fin de cuentas esa es nuestra a esencia. Como individuos y como sociedades somos (o no) lo que recordamos –voluntaria o involuntariamente.
Entre el 15 y el 18 de noviembre pude escaparme unos días a la hermosa ciudad Zacatecas para dar una conferencia y el taller ARCHIVO ACTIVO: ARTE, MEMORIA Y DOCUMENTACIÓN convocado por Sonia Félix Cherit, amiga y colega que fundó La Casa de Engracia hace un par de años y al apoyo del Instituto Zacatecano de Cultura "Ramón López Velarde" y el Gobierno del Estado de Zacatecas. Este taller, al igual que los demás que he impartido en Aguascalientes y Morelos, tiene como objetivo fomentar la discusión sobre los archivos de arte contemporáneo para ir creando una red que nos permita crearlos y/o conservarlos.
El taller se llevó a cabo en la Ciudadela de las Artes, espacio adecuado para este tipo de taller por su carga histórica. El edificio data de 1824 y fue construido como oficinas de la Casa de Fundición y Ensayes de particulares. Desde hace tiempo me llaman mucho la atención las placas que relatan las historias de los edificios. Las fotografío. Las guardo.
Como suele suceder, aunque en cada taller comparto la misma información y se llevan a cabo los mismos ejercicios, siempre son completamente diferentes. En esta ocasión lo que marcó la diferencia es que Sonia reunió a un grupo particularmente interesante de participantes entre quienes había distintos tipos de artistas, curador/s, historiador/s y personas que trabajan en archivos, lo que permitió un diálogo muy rico en el que quienes apenas están conformando sus archivos, l/s que los usan y conservan e incluso quienes están tratando que un archivo personal entre a una institución. Algunos han construido las historias locales y por ende creado y usado archivos y otros apenas empiezan a darse cuenta del valor de los archivos.
En esta ocasión, como el taller se concentró en 4 días, decidí dedicar los primeros dos a compartir material sobre obras de arte y archivo y las problemáticas de los archivos de arte contemporáneo y los dos últimos a crear obras colectivas a partir de ejercicios de catalogación yel uso de los documentos que portaban en ese momento.
Es curioso. Este año he dado tantas conferencias sobre Archivo Activo y talleres sobre arte y archivo que me siento como misionera. Pienso en Felipe Ehrenberg recorriendo el país dando talleres de mimeógrafo, compartiendo información sobre libros de artistas. ¿Será suficiente para crear la red de archivos de arte contemporáneo? ¿Qué más podría hacer para fomentar el diálogo? ¿Por qué me estará inquietando tanto el tema del archivo? Foto Georgina Santos
La primer noche que estuve en Zacatecas me tocó dar mi conferencia sobre el trabajo de Pinto mi Raya en general y el proyecto Archivo Activo en particular y hacer el donativo del archivo tanto a la Casa de Engracia como al Archivo Histórico del Estado de Zacatecas. Estuvo presente María Amparo Maldonado,directora del archivo y naturalmente estaba Sonia e hicimos la entrega oficial. De pasada aproveché para pedirle a María Amparo que nos hiciera favor de venir al taller para hablar con los participantes porque me parece fundamental fortalecer el vínculo entre artistas y archivos. Amablemente aceptó y me llamó mucho la atención el énfasis que están haciendo en el archivo en la difusión y educación. Hasta nos regaló algunos de los materiales que llevan a las escuelas, incluyendo ejercicios de paleografía que me parecieron sensacionales.
María Amparo platicándonos del archivo. Me gustó mucho su presentación porque explicó muy claramente las funciones de un archivo y la historia particular de éste. Compartió su relación personal por el archivo, al cual llegó de pura casualidad y con el tiempo ha llegado a apasionarla. A uno de los participantes en el taller le brillaron los ojos porque le encargaron el archivo de in fotógrafo y vino al taller para ver qué podía hacer para que quedara en alguna institución. Ojalá salga algo de este encuentro. Ya con eso hubiera valido la pena el taller. En otros talleres sería importante buscar este puente directo entre archivos y artistas. Foto Georgina Santos
A ver si ustedes lo pueden descifrar, porque yo no pude
Aquí les dejo algunas imágenes de los ejercicios que hicimos y me quedo con el compromiso de escribir sobre la Casa de Engracia que me parece un proyecto independiente muy valioso que merece un texto aparte.
En este ejercicio les pido que saquen los documentos que traen consigo y hagan una pieza colectiva que puede ser una historia, una instalación o una acción. Siempre resulta muy interesante lo que cargan, pero también las relaciones que pueden ir construyendo entre sus historias personales. Foto M. Mayer
En este taller pudimos llevar el ejercicio a un segundo nivel, pidiéndoles que de un día a otro trabajaran más a fondo las piezas colectivas. Algunas cambiaron radicalmente y a otras les sirvió muy bien el tiempo para cuajar mejor. Curiosamente en este taller el contenido de las piezas siempre tuvo que ver mucho con cuestiones de género. Hasta bromeaba con ell/s diciendo que debería de haberse llamado Taller de Arte, Archivo y Género. Foto M. Mayer
En este caso el grupo realizó un performance muy limpiecito en el cual mientras una de las participantes leía definiciones de diccionario de diversas palabras como documento, memoria, etc. otra le iba colocando los distintos documentos que traían puestos sobre la tercera del grupo que tenía la boca tapada. Otro tema que resultó muy relevante para este grupo fue el de la migración y todos los documentos que esto implica. Foto M. Mayer
El tercer grupo construyó una historia a partir de los documentos que traían y la leyeron en verso, lo cual estuvo muy divertido porque eran bastante pícaros. Foto M. Mayer
En este último ejercicio cada quien diseñó el documento que mejor podría representarl/s. Algunos fueron muy conmovedores. Creo que logramos establecer muy claramente la carga afectiva que tienen los documentos a pesar de ser objetos aparentemente tan fríos.
Foto M. Mayer
Cena del proyecto No a las maternidades secuestradas realizada el domingo 29 de abril de 2012. Este grupo de mujeres decidió mantenerse en el anonimato.
Fotografía: Josefina Alcázar
La reunión estuvo muy interesante y salieron a relucir muchos temas ligados a la maternidad y el aborto. Se discutió sobre la maternidad y cómo la habíamos vívido, cómo nos la imaginábamos, o cómo la hubiéramos deseado.
1.- Una de ellas habló de su proceso de maternidad que fue una maternidad no deseada. Se embarazó a los 22 años y ella y su pareja decidieron casarse para "ocultar su pecado". No le dijeron nada a nadie, ella se casó de blanco, hubo fiesta y viaje de novios. Al poco tiempo de regresar del viaje de novias ya se le empezaba a notar la pancita así que usaba faja para ocultarla. A los seis meses nació un precioso niño. En la familia de ella eso se convirtió en tragedia. Su padre le dejó de hablarle y no quiso conocer al nieto "producto del pecado", hasta que pasó más de un año y todo mundo lo decía que ya la perdonara. Para ella el hijo se convirtió en un estorbo pues realmente no estaba preparada para tenerlo ni lo deseaba. El hijo fue cuidado prácticamente por la abuela, o sea, por la mamá de ella. El matrimonio duró muy poco pues el marido se la pasaba diciéndole que él se quería divertir y terminar sus estudios. Después de comentar el tema concluimos que esa había sido una MATERNIDAD SECUESTRADA ES UNA MATERNIDAD IMPUESTA POR LOS PREJUICIOS SOCIALES.
2.- La otra comentó que ella crió prácticamente sola a sus dos hijos pues se divorció muy pronto. Ella es doctora y vive feliz con sus dos hijos a pesar de que ha tenido que trabajar duro para mantenerlos. Recordó momentos felices y momentos difíciles, pero piensa que sus hijos son parte fundamental de su vida. Pensamos que vivió una MATERNIDAD SECUESTRADA POR LAS LIMITACIONES ECONÓMICAS.
3.- Otra comentó que había quedado embarazada a los 21 años, pero que decidió abortar. Contó el miedo tan tremendo que vivió, pues hacerse un aborto clandestino conlleva enormes riesgos. No sólo tuvo que vencer los prejuicios morales de la sociedad sino que se enfrentó al miedo a la muerte, pues entre sus amigas se sabía de casos de mujeres que murieron en el proceso o de mujeres que quedaron dañadas por una mala intervención y nunca más pudieron tener hijos. Se discutió sobre la importancia de legalizar el aborto y garantizar, a las mujeres que opten por esta vía, un tratamiento de calidad y seguro. Después de comentar sobre el aborto pensamos que en ese caso se trataba de una MATERNIDAD SECUESTRADA POR LA VIOLENCIA DE GÉNERO.
4.- La más joven comentó que ella aún no ha decidido si tendrá hijos o no. Por el momento quiere hacer su doctorado fuera del país, conocer el mundo y ya verá después qué sucede. Casarse y tener hijos no es la finalidad de su vida. Discutimos el tema y vimos que hay una enorme diferencia entre la manera de pensar de ella y la de una generación anterior. Pensamos que en su caso hay una MATERNIDAD SECUESTRADA POR LA IMPOSICIÓN, que la MATERNIDAD ES UNA OPCIÓN NO UNA OBLIGACIÓN. En la discusión se llegó al acuerdo que se debería de buscar una MATERNIDAD COMPARTIDA, exigir que la pareja de la embarazada (hombre o mujer) también tengan licencia por maternidad. Exigir más guarderías, que todas las dependencias públicas tengan su propia guardería; obligar a las empresas privadas a que tengan su propia guardería.
Foto Yuruen Lerma
NO A LAS MATERNIDADES SECUESTRADAS
Visitar un archivo para reactivarlo puede ser toda una aventura.
Los pasados 5 y 27 de enero escribía en estas páginas sobre la Visita al Archivo Ana Victoria Jiménez -que es uno de los 4 proyectos que me he propuesto llevar a cabo entre 2012 y 2014- y que me ha permitido acercarme al artivismo actual y a grupos de feministas que no conocía.
El de Ana Victoria es un archivo al que le tengo un cariño particular porque es parte del recorrido de la historia del feminismo que he vivido. Reactivar esas imágenes y esas acciones políticas/artísticas me plantea la posibilidad de compartir las experiencias de los setentas y ochentas –cosa que me parece útil en este país sin memoria - y nutrirme de los nuevos planteamientos. Me permite crear un puente entre varias generaciones y otro entre quienes se acercan al feminismo desde el arte, el activismo, la documentación, la conformación de archivo y quienes crean las narrativas de estos actos. Para mí, trabajar con el archivo AVJ es vivir la vida y observarla al mismo tiempo.
La visita al archivo se ha ido construyendo poco a poco. He revisado nuevamente sus materiales, he asistido a talleres y seminarios sobre arte/comunidad o escultura social, he navegado durante horas en la red para adentrarme a los proyectos de arte y activismo actuales en el mundo, así como leído y releído textos sobre arte y política. También he organizado reuniones personales con futuras cómplices para entablar vínculos de trabajo con ellas, pero principalmente afectivos -que para mí son los más importantes. Y, por último, abrí el Taller de Activismo y Arte Feminista (TAAF) con miras a producir piezas individual y colectivamente. Todo esto toma su tiempo, mismo que tiene que respetarse porque este tipo de proyecto artístico pretende crear tejido social.
Hace unos días vio la luz pública Una maternidad secuestrada es, la primera acción que surge de la Visita al Archivo Ana Victoria Jiménez. Desde el punto de vista del feminismo la definiría como una campaña de concientización en torno a nuestro derecho a autodefinirnos que circuló a través de la red, los medios y un evento público: La protesta del día después. Desde el arte yo diría que es una intervención en tres tiempos/espacios que la iban ampliando: a) las cenas b) las redes c) la calle y los medios.
A principios del año que empezó a reunirse el TAAF decidimos enfocarnos en el tema de la maternidad porque nos toca a todas -seamos o no madres- y en particular al aborto por lo complejo de su situación: legalizado en el DF y criminalizado en la mitad del país al grado de prohibirlo incluso en casos de violación y de peligro de la vida de la mujer, llegando al grado de encarcelar a mujeres tras sufrir abortos espontáneos. Es un tema que no debemos descuidar y creo que es necesario que las artistas conozcamos y colaboremos con proyectos como GIRE y Católicas por el derecho a decidir. Por cierto, échenle un ojito a su video sobre aborto de Catolicadas que es una joya.
Pero trabajar el tema de la maternidad también es una referencia directa al Archivo AVJ. La primera manifestación de la oleada feminista setentera fue en 1971. La organizó el grupo MAS (Mujeres en Acción Solidaria) que formó Martha Acevedo. Me llama la atención que la primera protesta fuera en contra de algo tan abstracto como “el mito de la madre”, pero apunta a la importancia que se le daba a la cultura. Esto puede parecer muy normal hoy, pero me imagino que en los setentas, cuando lo político se centraba en la lucha de clases, esa propuesta fue profundamente radical.
Volante de esta manifestación parte del Archivo AVJ
Por otro lado, la primera manifestación a la que yo asistí en mi vida, documentada por Ana Victoria, fue la de la Coalición de Mujeres Feministas ante la cámara de diputados en 1977 en la que exigíamos aborto libre y gratuito.
Foto Ana Victoria Jiménez
La forma en la que empezamos a trabajar en el TAAF fue a partir de esa antigua y sabia práctica feminista: el pequeño grupo. Esa manera de reunirse a hablar y escuchar de manera ordenada que permitió que lo personal realmente se convirtiera en político me parece una metodología fundamental para cualquier proyecto feminista.
Después de platicar entre nosotras sobre los aspectos que más nos afectaban de la maternidad, cada integrante del TAAF organizó cenas o desayunos con otras mujeres para ampliar nuestra visión e ir entretejiendo complicidades.
Yo reuní artistas, activistas y a mujeres que están documentando el movimiento feminista con imágenes o con sus investigaciones y las que están conformando archivos o trabajando para que se resguarden y difundan porque creo que trabajar conjuntamente puede ayudar a disminuir la invisibilidad que aún nos afecta.
Otras reunieron a artistas jóvenes con artivistas, hablaron con su mamá o con vecinas para conocer sus opiniones o cenaron con colegas que sin ser madres les ha tocado cuidar hermanos menores o padres por el hecho de ser mujeres. Poco a poco subiremos los reportes de estas reuniones.
Desayuno en casa de Liliana Marín. Foto Mónica Mayer
Originalmente empezamos a manejar la idea de maternidades impuesta para hablar de la amplia gama de problemáticas que estábamos discutiendo, desde la falta de educación sexual hasta las presiones familiares y sociales para ser madres, pero nos quedaba chico el término al tratar de incluir temas como las mujeres cuyos hijos e hijas han desaparecido o muerto por la violencia que se vive actualmente en el país.
Después de ésta conversación íntima, situada en el ámbito de lo privado, pasamos al espacio virtual a través del grupo de Facebook Una maternidad secuestrada es y el hashtag #UnaMaternidadSecuestradaEs en twitter en donde invitamos al público a participar con sus ideas. Imprimimos esa misma frase en los delantales que decidimos usar en esta concentración. Las respuestas no se dejaron esperar en ambos espacios, enriqueciendo y complejizando nuestras ideas sobre la maternidad. Estas intervenciones se convirtieron en el eje de La protesta del día después.
Foto Mónica Mayer
Ina nos tomó una foto que está en Producciones y Milagros.
Ese mismo día Liliana Marín realizó una pieza en el metro y leyó algunos de los textos que usaríamos al día siguiente. Estábamos calentando motores.
Foto Mónica Mayer
A manera de crónica: La Protesta del día después
11 de mayo de 2012. La tarde era cálida y bochornosa, amenazaba con llover. El Zócalo, que es la plaza principal en el Centro Histórico de la ciudad de México todavía estaba tres cuartas partes invadida por el escenario del multitudinario concierto que Paul McCartney había ofrecido ahí la noche anterior. El caos humano era el de siempre, pero un poco más concentrado: vendedorxs ambulantes, turistas, danzantes, estudiantes, policías, compradorxs se apresuraban a terminar el día. El ruido era ensordecedor, como cuando los pájaros se preparan para dormir. Eran las cinco de la tarde en punto.
A lo lejos se escuchaba un rumor. Un grupo de mujeres de diversas edades –entre 6 y 80 años- avanzaba por la calle de Moneda. La mayoría vestía delantales con la leyenda NO A LAS MATERNIDADES SECUESTRADAS impresa en el pecho. Todas se veían seriamente embarazadas y cargaban pequeñas pancartas. Repartían volantes. Reían. A su paso se hizo el silencio y las miradas se volcaron sobre ellas, incluyendo las de los policías que reportaban sorprendidos “avanza un grupo de féminas, son cerca de 60, pero no parecen peligrosas”.
Foto Víctor Lerma
Sus voces se fueron acercando. “Una maternidad secuestrada es:” decía solemnemente a manera de letanía Minerva Valenzuela quien guiaba la procesión/marcha y el coro respondía con frases como: “Embarazarme por no saber que existen los anticonceptivos”, “No ver a mis hijxs porque tengo que trabajar 12 horas”, “Que las mujeres pobres seguimos muriéndonos por complicaciones en el embarazo”, “Que las adolescentes embarazadas abandonemos la escuela”, “Que me quiten a mis hijos por ser lesbiana”, “Que me digan que soy egoísta porque no quiero ser madre”, “Que me metan a la cárcel por un aborto espontáneo”, “Que desaparezcan a mi hijo o hija y ninguna autoridad me pueda dar respuesta”.
Foto Gabriela Huerta Tamayo
Foto Gabriela Huerta Tamayo
Al llegar a la explanada se extendió una larguísima jerga sobre el piso y empezó una peculiar pasarela en la que cada mujer –y algunos hombres- desfilaban exigiendo sus propias demandas. Algunas hacían performances. Al micrófono, dos mujeres ampliaban las ideas, invitando al público a reflexionar sobre el complejo tema de la maternidad. Varias repartían información de organizaciones feministas y de diversidad sexual. Al terminar la “jergarela”, las mujeres levantaron la tela para trapear sobre la que habían desfilado para darle uso de manta en manifestación y se pudo leer la leyenda NO A LAS MATERNIDADES SECUESTRADAS, frase que corearon enérgicamente. Para terminar, en un acto simbólico, se desprendieron de las maternidades impuestas quitándose los mandiles y las panzas, regresando por donde habían venido, pero ahora unidas por una misma consigna.
Foto Yuruen Lerma
Foto Yuruen Lerma
Foto Yuruen Lerma
El álbum de Producciones y Milagros, Agrupación Feminista AC
Foto Brenda Hernández Novoa
Foto Brenda Hernàndez Novoa
Fotos de Brenda Hernández Novoa
La protesta del día después logró una buena cobertura en los medios: dos programas de radio, uno en IMER y otro en NoFM que es una estación por internet, artículos en El Universal y Reforma, así como una amplia mención en el programa El Mañanero en la participación semanal de Marta Lamas que luego presentó a manera de texto en Proceso. Me llamó la atención que el evento realmente habitó dos ámbitos independientes: el del arte y el del feminismo, cada uno con sus propios protagonismos. En unos aparecían las activistas al frente de la organización y en otros las artistas. Para mí esto indica que la colaboración está funcionando bien y permitiendo permear varios ámbitos. El chiste es que el mensaje llegue al mayor público posible.
En fin. Ya seguiré escribiendo después porque se me ha pasado el mes entero sin subir nada y hay tanto… Hay que hablar de otros ejemplos de cenas como arte, de lxs artistas que llegaron y se unieron a la protesta, de las reflexiones que hemos tenido a partir del evento, de cada cena en particular, de lo que salió mal y lo que salió bien, de las complicidades que se han ido creando con otras mujeres que se han acercado al proyecto, de quienes documentaron, de los distintos performances que hubo, de que llegaron hijas con sus mamás y mamás con sus hijas, de que ahí estaba la mitad de mi familia …….