Por fin rumbo a Zacatecas. Yo creí que no iba a poder salir porque el último mes me la he pasado cuidando a mi papá que a sus 90 años ha tenido diversos problemas físicos por la edad, aunque lo más difícil para mí, ha sido enfrentarme a los estragos que causa en la memoria. A fin de cuentas esa es nuestra a esencia. Como individuos y como sociedades somos (o no) lo que recordamos –voluntaria o involuntariamente.

Entre el 15 y el 18 de noviembre pude escaparme unos días a la hermosa ciudad Zacatecas para dar una conferencia y el taller ARCHIVO ACTIVO: ARTE, MEMORIA Y DOCUMENTACIÓN convocado por Sonia Félix Cherit, amiga y colega que fundó La Casa de Engracia hace un par de años y al apoyo del Instituto Zacatecano de Cultura "Ramón López Velarde" y el Gobierno del Estado de Zacatecas. Este taller, al igual que los demás que he impartido en Aguascalientes y Morelos, tiene como objetivo fomentar la discusión sobre los archivos de arte contemporáneo para ir creando una red que nos permita crearlos y/o conservarlos.

El taller se llevó a cabo en la Ciudadela de las Artes, espacio adecuado para este tipo de taller por su carga histórica. El edificio data de 1824 y fue construido como oficinas de la Casa de Fundición y Ensayes de particulares. Desde hace tiempo me llaman mucho la atención las placas que relatan las historias de los edificios. Las fotografío. Las guardo.

Como suele suceder, aunque en cada taller comparto la misma información y se llevan a cabo los mismos ejercicios, siempre son completamente diferentes. En esta ocasión lo que marcó la diferencia es que Sonia reunió a un grupo particularmente interesante de participantes entre quienes había distintos tipos de artistas, curador/s, historiador/s y personas que trabajan en archivos, lo que permitió un diálogo muy rico en el que quienes apenas están conformando sus archivos, l/s que los usan y conservan e incluso quienes están tratando que un archivo personal entre a una institución. Algunos han construido las historias locales y por ende creado y usado archivos y otros apenas empiezan a darse cuenta del valor de los archivos.

En esta ocasión, como el taller se concentró en 4 días, decidí dedicar los primeros dos a compartir material sobre obras de arte y archivo y las problemáticas de los archivos de arte contemporáneo y los dos últimos a crear obras colectivas a partir de ejercicios de catalogación yel uso de los documentos que portaban en ese momento.

Es curioso. Este año he dado tantas conferencias sobre Archivo Activo y talleres sobre arte y archivo que me siento como misionera. Pienso en Felipe Ehrenberg recorriendo el país dando talleres de mimeógrafo, compartiendo información sobre libros de artistas. ¿Será suficiente para crear la red de archivos de arte contemporáneo? ¿Qué más podría hacer para fomentar el diálogo? ¿Por qué me estará inquietando tanto el tema del archivo? Foto Georgina Santos

 La primer noche que estuve en Zacatecas me tocó dar mi conferencia sobre el trabajo de Pinto mi Raya en general y el proyecto Archivo Activo en particular y hacer el donativo del archivo tanto a la Casa de Engracia como al Archivo Histórico del Estado de Zacatecas. Estuvo presente María Amparo Maldonado,directora del archivo y naturalmente estaba Sonia e hicimos la entrega oficial. De pasada aproveché para pedirle a María Amparo que nos hiciera favor de venir al taller para hablar con los participantes porque me parece fundamental fortalecer el vínculo entre artistas y archivos. Amablemente aceptó y me llamó mucho la atención el énfasis que están haciendo en el archivo en la difusión y educación. Hasta nos regaló algunos de los materiales que llevan a las escuelas, incluyendo ejercicios de paleografía que me parecieron sensacionales.

María Amparo platicándonos del archivo. Me gustó mucho su presentación porque explicó muy claramente las funciones de un archivo y la historia particular de éste. Compartió su relación personal por el archivo, al cual llegó de pura casualidad y con el tiempo ha llegado a apasionarla. A uno de los participantes en el taller le brillaron los ojos porque le encargaron el archivo de in fotógrafo y vino al taller para ver qué podía hacer para que quedara en alguna institución. Ojalá salga algo de este encuentro. Ya con eso hubiera valido la pena el taller. En otros talleres sería importante buscar este puente directo entre archivos y artistas. Foto Georgina Santos

A ver si ustedes lo pueden descifrar, porque yo no pude

Aquí les dejo algunas imágenes de los ejercicios que hicimos y me quedo con el compromiso de escribir sobre la Casa de Engracia que me parece un proyecto independiente muy valioso que merece un texto aparte.

En este ejercicio les pido que saquen los documentos que traen consigo y hagan una pieza colectiva que puede ser una historia, una instalación o una acción. Siempre resulta muy interesante lo que cargan, pero también las relaciones que pueden ir construyendo entre sus historias personales. Foto M. Mayer

En este taller pudimos llevar el ejercicio a un segundo nivel, pidiéndoles que de un día a otro trabajaran más a fondo las piezas colectivas. Algunas cambiaron radicalmente y a otras les sirvió muy bien el tiempo para cuajar mejor. Curiosamente en este taller el contenido de las piezas siempre tuvo que ver mucho con cuestiones de género. Hasta bromeaba con ell/s diciendo que debería de haberse llamado Taller de Arte, Archivo y Género. Foto M. Mayer

En este caso el grupo realizó un performance muy limpiecito en el cual mientras una de las participantes leía definiciones de diccionario de diversas palabras como documento, memoria, etc. otra le iba colocando los distintos documentos que traían puestos sobre la tercera del grupo que tenía la boca tapada. Otro tema que resultó muy relevante para este grupo fue el de la migración y todos los documentos que esto implica. Foto M. Mayer

El tercer grupo construyó una historia a partir de los documentos que traían y la leyeron en verso, lo cual estuvo muy divertido porque eran bastante pícaros. Foto M. Mayer

En este último ejercicio cada quien diseñó el documento que mejor podría representarl/s. Algunos fueron muy conmovedores. Creo que logramos establecer muy claramente la carga afectiva que tienen los documentos a pesar de ser objetos aparentemente tan fríos.

Foto M. Mayer

El miércoles en la noche, de sopetón, me sentí veinte años más vieja. Fue una sensación rara, un poco parecida a lo que me pasó el día que murió mi madre y de inmediato percibí el cambio de generación.

Todo sucedió en Ex Teresa, pues nos invitaron a Víctor y a mí a participar en Despliegues, el ciclo de revisión/reactivación de los materiales de su Centro de Documentación. Aceptamos de inmediato.

Primero nos citaron hace algunas semanas para ver el material que tienen de nuestras participaciones con ellos a lo largo de los años. Su idea es ampliar la información de su documentación para poder hacer cruces más complejos y compartir su acervo con el público. Grabaron la sesión y posteriormente nos enviaron un resumen.

El segundo encuentro fue público. Para mi sorpresa, a pesar de la lluvia, se llenó.

Foto Mirna Roldán

El espacio se veía acogedor y Maribel Escobar echó a andar una conversación que duró poco más de dos horas. Habíamos prometido por FB que además de hablar de nuestro trabajo contaríamos chismes y no faltaron.

Curiosamente, aunque fuimos muy cercanos a Ex Teresa desde su fundación, en todos estos años hemos presentado muy poco trabajo ahí: un proyecto individual cada uno y un performance entre los dos. Eso sí, hemos participado en múltiples mesas redondas, ahí presenté mi libro Escandalario en Ex Teresa y contribuyeron con parte su impresión y no creo equivocarme si afirmo que hay más textos míos sobre las actividades que ahí se han desarrollado que de ningún otro columnista.

En 1993, para el segundo festival de performance, hice una pieza que se llamó Huesitos que consistió en un performance que trabajé en colaboración con Alain Kerriou, Gala Sánchez Renero, Hugo Heredia, Javier Bolaños, Adán y Yuruen Lerma y una serie de piezas efímeras sobre el muro utilizando fotocopias y texto. Además había una mesita con un diario sobre la muerte de mi tía (tema de la obra) y el proceso de la pieza. Aquí les copio un par de fragmentos del texto.

6 de enero de 1993.

Hoy murió Anita. Ayer en la mañana la llamé por teléfono para avisarle que ya había regresado de Zihuatanejo y le oí voz de niña asustada. Ya no coordinaba bien sus ideas. Me fui a su casa en chinga, pero todavía platicamos un rato y me comento que mis pantalones estaban demasiado floreados. Más tarde me hablo Conchita para pedirme que regresara porque la tía había empeorado. Llame a mi papá y al doctor quien nos dijo que estaba muy grave y consiguió una enfermera para que no pasara la noche sola. Hasta ese día la acompañaba Conchita únicamente de día, pero ella dormía solita y se preparaba sus alimentos.

 Al igual que Beatrice un poco antes de morir, Anita, ya inconsciente, llamaba a su mamá.

 Como a las siete de la mañana se comunicó la enfermera para decirme que mi tía había entrado en coma. Poco a poco se le fue apagando la vida. Estábamos con ella mi papá, mis primos David y Daniel y yo. Cuando Daniel se paro para ponerle la mano sobre la cabeza por no sé que rollo de la energía que por ahí se sale cuando alguien se muere (según me platico después), yo tome su mano helada. No me atrevía, pero ora si que, o lo hacia en ese momento o ya never ever. Por poco me agarra la risa loca porque como estaba en cuclillas se me empezaron a dormir las piernas y cada que ya estaba convencida que se había muerto y ya me podía parar, volvía a roncar. Nunca había estado presente en una muerte.

18 de septiembre de 1993.

Ya vinieron Alain y Gala por segunda vez para trabajar en el numerito. Es interesante porque ellos, acostumbrados al teatro, se imaginan las cosas en tiempo y movimiento y yo de plano no salgo del ídem. Sin embargo el trabajo es sabrosísimo.

Después de ver tantos performances tan padres de los alumnos de Alain en la escuela Decroly, como que me estoy dando el lujo de imaginar que mi educación incluyo un medio tan intenso como es este para aprender cosas realmente importantes, y no me refiero a lo que pudiera recibir el publico, sino al proceso de aprendizaje del realizador. En verdad los invite para que me dejaran jugar con ellos.

Fotos del archivo de Pinto mi Raya

 Fotos del archivo de Ex Teresa

Esta pieza fue un performance curioso pues platiqué con los participantes sobre mi tía Anita, quien había muerto recientemente y a cuya casa acababa de irme a vivir y, en función de ello conjuntamente desarrollamos la pieza que acabó siendo un ritual familiar de despedida.

El chisme en esa ocasión fue que durante el festival Marcos Kurtycz también presentó una acción y me pidió que por esa noche le prestara uno de los muros de mi pieza. Acepté en buen plan y esa noche al llegar a Ex Teresa vimos que había intervenido incluso las obras que no había quitado, lo cual me pareció agresivo y gandalla. Fui a quejarme con Eloy Tarcisio, el entonces director, quien contestó algo muy vago, sin intención de hacer nada, por lo que Víctor empezó a bajar el material de Kurtycz. Cuando Lorena Wolffer (entonces sub-directora) se dio cuenta de lo que sucedía, asumió la responsabilidad y terminó de bajarla.

Años después apareció ésta carta publicada en la Cronología del Performance 1922-1997 en la que Marcos explicaba lo que había sucedido desde su punto de vista. No sé si a Mónica Meier le gustó que Kurtycz “dinamizara su script”, pero a Mónica Mayer definitivamente no.

La segunda pieza de la que hablamos fue De Cierto, una instalación sobre el tema de la falta de agua que realizó Víctor como parte del proyecto de intercambio Alternativas México-Phenix en 1994.

Fotos del archivo de Ex Teresa

Después hablamos de El mejor amigo de los museos, obra de la cual pueden encontrar más información en el sitio de Pinto mi Raya y que se presentó en la expo Fin de siglo y fin de milenio. Cábula situacionista en 1997.

Esta pieza surgió a raíz de que en Ex Teresa nos pidieron que donáramos obra para que financiar una inserción en una publicación de la Federación Mexicana de Asociaciones de Amigos de los Museos (FEMAM). Lo hicimos con gusto.

Sin embargo, en esos días en una entrevista José Pintado para el periódico, presidente de la FEMAM, afirmó que gracias a este donativo los artistas por fin éramos somos amigos de los museos. Esto nos enojó mucho porque de hecho somos los mejores amigos de los museos: no cobramos derechos de exhibición ni nos pagan renta por exponer, formamos museos (Tamayo, Cuevas, Rivera o Toledo) y muchas veces donamos obra a museos. Hicimos una pieza al respecto.

Diapositivas del archivo de Ex Teresa

El mejor amigo de los museos consistió en una casita de perro pintada en una mampara con el texto explicando porqué somos sus mejores amigos. El día de la inauguración de la expo hicimos una mesa redonda sobre el tema y les pedimos a los asistentes firmar una carta demandando derechos de exhibición y otras retribuciones para los artistas. La firmaron más de 70 artistas y críticos y salió publicada en 11 periódicos. La pieza surge de nuestro archivo para el que guardamos todo lo que sale en prensa y regresa a éste.

En este caso el chisme fue que en alguna ocasión que llegué a Mérida me encontré con que nuestros jóvenes y queridos colegas de La Periferia habían hecho un sticker con nuestro diseño, reactivando la pieza. Nos encantó y, en venganza, nosotros a la vez nos fusilamos su idea e hicimos una versión de la pieza en imán para refrigerador. Ahora Ex Teresa se unió y sacó su propia versión, misma que repartió entre los asistentes a la mesa.

Para concluir, volvamos al principio.

Participar en esta mesa me hizo entender que todo este trabajo ya está guardado en el archivo y hay toda una generación nueva, incluso la que trabaja en espacios como Ex Teresa, que no conoce lo que hemos hecho. Afortunadamente algunos están interesados en desempolvarlo. Lo que para mí sigue vivo y presente como si hubiera sido ayer, ya es material de archivo.

También me queda claro que, aunque sigamos produciendo obra nueva, es hora de empezar a hacer recuentos tanto de nuestros trabajos individuales, como de Pinto mi Raya.

La Esperanza.  Fotos M. Mayer tomadas durante la marcha del 10 de junio de 2012. 

Mi proyecto Visita al archivo Ana Victoria Jiménez me ha llevado a involucrarme en el artivismo como no lo hacía desde hace décadas, cuando me inicié en el feminismo. Los rastros de estos aerobics políticos que me han sacado a recorrer calles y avenidas en largas caminatas registradas en el archivo de Pinto mi Raya.

Tuve buena escuela. Durante mi estancia en el Woman’s Building (1978-80), la mítica escuela de arte feminista, fui alumna de Suzanne Lacy, quien con Leslie Labowitz tenía el grupo Ariadne: a social artnetwork, dedicado al arte público, tanto de denuncia como escultura social.

Con ellas participé ayudándoles en la construcción de un carro alegórico para la marcha Take Back the Night en San Francisco en 1978 que, muy setenteramente, de un lado tenía una virgen y del otro un borrego desollado vestido de corista de Las Vegas de cuyo vientre brotaba pornografía.

Ann Klix (izquierda) y Betsy Irons y Suzanne Lacy trabajando en el carro alegórico (foto M. Mayer)

Ya en México, los grupos Polvo de Gallina Negra y Tlacuilas y Retrateras participamos en diversas marchas, como ésta en 1983 en contra de la violencia hacia las mujeres. En PGN hicimos nuestra acción El respeto al derecho del cuerpo ajeno es la paz en el Hemiciclo a Juárez y repartimos bolsitas para causarle el mal de ojo a los violadores. Publicamos la receta para nuestros polvos mágicos en FEM y en una agenda feminista y hoy se encuentran también en el perfil de Facebook del grupo.  

Foto 1: Polvo de Gallina Negra (Maris Bustamante y Mónica Mayer) haciendo el performance El respeto al derecho del cuerpo ajeno es la paz el Hemiciclo a Juárez y foto 2. Algunas integrantes del grupo Tlacuilas y Retrateras (de izq. a der: Ana Victoria Jiménez, Elizabeth Valenzuela y Patricia Torres). Fotos Victor Lerma

De manera esporádica he asistido a diversas marchas a lo largo de los años, incluso con mis hijos. Lo que más recuerdo de aquella marcha es que mi hija, tan pequeñita, me preguntó que porqué si era una manifestación feminista, no se decía “feministación”. Desde entonces así les decimos.

Foto V. Lerma

Motivada por los hallazgos en el archivo de Ana Victoria Jiménez y al analizar después de tantos años las imágenes del trabajo artístico y cultural que se llevó a cabo en las manifestaciones feministas (que por cierto me parece uno de los orígenes del arte contemporáneo mexicano que no se han estudiado), en 2010 empecé a acercarme nuevamente a las manifestaciones.

Las primeras a las que me uní fueron las marchas por el derecho decidir cuando absurdamente empezaron a meter a mujeres a la cárcel por abortos espontáneos. Fui como participante, pero también a documentar a Las Sucias, (uno de los grupos que surgió de mi Taller de Arte y Género) y a su Compa Chimpa.

Las Sucias con la Compa Chimpa Foto M. Mayer

En 2011 asistí a la Marcha de las Putas. Me entusiasmó porque, convocada a través de las redes sociales, tenía una energía joven fresca y divertida. Mi pancartita de un lado decía VIEJA y…. y el otro PUTA   y….

Foto V. Lerma

Pero en los últimos meses, se ha multiplicado el número de marchas a las que asisto, por un lado porque estoy más atenta, pero desgraciadamente también por la violencia en el país: asesinatos de defensorxs de derechos humanos, de periodistas, de miles de personas involucradas o no en el narcotráfico o en la guerra en su contra. La lista de protestas es larga. El malestar generalizado, pero disperso.

Foto M. Mayer

Foto Ina Riakov

 Por ejemplo, el 10 de mayo de 2012 asistí a la Marcha de la Dignidad Nacional, madres buscando a sus hijos y buscando justicia y acabé con el alma desgarrada. Presenciar tanto dolor e impotencia es morir un poco, especialmente por la escasa participación en función de la magnitud del problema. Era como para que hubieran asistido dos millones de personas, para que el país se incendiara. Pero no.

Aún no acababa de enfriarse el día de la madre y de repente, y mientras nosotras estábamos ocupadas con nuestra Protesta del Día Después, a unos cuantos kilómetros llegó la primavera.

La mecha se encendió cuando los chavos de la Ibero cuestionaron ferozmente a Enrique Peña Nieto, el candidato del PRI a la presidencia y después básicamente lo corrieron de su universidad. El equipo del Peña y varios medios trataron de hacer pasar a los estudiantes por provocadores y 131 alumnxs se defendieron a través de un video en el que se identificaban plenamente. Nace el movimiento Yo soy #132 y se suman los estudiantes de todas las universidades y muchos otros miembros de la sociedad.

Me pregunto si la protesta prendió porque era tan sorprendente el grupo que la generaba y que además fue avalada por las autoridades de la universidad, si fue por el uso de las redes sociales o si hubo un desplazamiento en la postura de los que protestaban y, más que víctimas o agraviados, se presentaron asumiendo una postura de fuerza. Me pregunto si los avaló su clase social y no pudieron descalificarlos tan fácilmente como porros, como hubiera sucedido con chavos de universidades públicas. Me pregunto si simplemente estuvieron en el lugar adecuado y supieron entrarle y aprovechar la situación (con una energía espectacular) o si es era de esperarse una respuesta así de la generación que creció sin el PRI y con internet.

El 23 de mayo fui a la primera manifestación Yo soy #132 que partió de la Estela de Luz. Los acompañé hasta el Ángel de la Independencia, pero muchos continuaron hasta Televisa ya que su principal exigencia es información fidedigna.

Fotos M. Mayer

La manifestación fue gloriosa porque se unieron los chavos de otras universidades e instituciones educativas públicas y privadas. Se unieron y corrieron y brincaron. A diferencia de marchas posteriores, había poca presencia de adultos y, los que estábamos nos quedamos en la banqueta para respetarles su espacio y porque de repente se soltaban corriendo y no queríamos morir apachurrados.J

De regreso nos acercamos a la Estela de Luz y aquello era fabuloso: los muros estaban tapizados de carteles y mantas, incluso de los estudiantes de arte. Ese monumento tan impugnado bien podría convertirse en un buen manifestódromo.

Fotos M. Mayer

Poco a poco todo mundo se apuntó. Por parte de la comunidad artística e intelectual, el 7 de junio salió una carta en la que aproximadamente 500 personas apoyaban a los jóvenes.

También surgieron diversos grupos de arte político. Por mencionar dos, en FB están Arte por la Izquierda y Movimiento Revolucionarte. Todo está en ebullición.

Ya entrados en confianza, el domingo 10 de junio Víctor y yo nos fuimos a la marcha anti Peña Nieto, que no fue convocada por el movimiento Yo soy #132, pero sus aguas se mezclaorn. En esta marcha el candidato del PRI no era sino una excusa para expresar una enorme cantidad de problemáticas que no han encontrado respuesta en nuestro país, empezando por la impunidad de décadas. A diferencia de la marcha anterior, en esta había muchos artistas, teatreros, músicos y performanceros.

En este concierto de enunciados, participamos con tan solo con una idea, con una frase:

PARTICIPACIÓN CIUDADANA: ANTES Y DESPUÉS DE LAS ELECCIONES

Quizá porque llevamos tantas elecciones a cuestas, sabemos que eventualmente la energía disminuye. Pensamos, también, que gane quien gane nos esperan tiempos difíciles y la participación ciudadana es más urgente que nunca.

 Foto M. Mayer

Foto Yuruen Lerma

Foto Yuruen Lerma

Foto Yuruen Lerma

Foto Yuruen Lerma

Foto Yuruen Lerma

Hace unos días, del 28 de mayo al 1 de junio de 2012, estuve en la Universidad de las Artes en Aguascalientes impartiendo el taller Arte y Archivos.

Si bien el taller es parte de mis obligaciones de retribución como miembro del Sistema Nacional de Creadores, también es parte de mi proyecto que, como explicaba en uno de mis primeros textos, incluye fomentar la creación de una red de archivos de arte contemporáneo.

Es la primera vez que doy este taller, así es que estaba un poco nerviosa, pero entusiasmada de echar a andar esta parte del proyecto. Hubo 18 participantes. Un aspecto muy interesante del grupo es que había estudiantes nivel licenciatura y maestría, egresados y maestros. Varios de ellos ya están involucrados en proyectos que generan o utilizan archivos, lo cual fue una agradable sorpresa.

Foto Lucía Castañeda Garma

Empecé por donde siempre: preguntándole a los participantes su interés por participar en el taller y si tienen alguna práctica artística relacionada al archivo. No era una pregunta ociosa: el taller se construye en función de sus necesidades.

Después, para conectar el tema con lo íntimo –cosa que siempre resulta útil en un grupo de artistas porque frecuentemente ahí se gesta el trabajo- hicimos otra ronda sobre sus primeras experiencias coleccionando, registrando, catalogando o trabajando con la memoria. Varios de los participantes conservaban diarios o colecciones de diversos objetos desde pequeños. Obsesiones añejas.

Luego, para hablar de las distintas estrategias usadas por los artistas, pasé diapositivas de obras de arte que tienen que ver con archivos, la mayoría recién saliditas del horno en ferias y exposiciones recientes como Zona Maco y el MUAC.

Un artista cuya obra es tan interesante por sus planteamientos sobre la masculinidad, por su reflexión sobre la relación entre pasado y presente en el arte, así como por su pasión por el archivo es Akram Zaatari, cuya espléndida exposición El Molesto Asunto está por cerrar en el MUAC. Su obra no sólo está hecha a partir de imágenes del archivo, sino que plantea (ver video ) el coleccionar como una práctica artística. Zaatari es fundador de la Arab Image Foundation. Me gustaron particularmente las piezas en las que se hace una reactuación de las imágenes del archivo.

'Samer Khalidi. Beirut, Líbano'                                    1970 'Nigol Bezjia'.

De la serie: Another Resolution 1998

En Zona Maco también hubo ejemplos interesantes tanto de piezas que tienen que ver con la memoria, como esta de Gabriel de la Mora en la que vemos la desintegración del documento, como las que plantean al archivo mismo como obra, como es el caso de la de Laureana Toledo.

Gabriel de la Mora

Laureana Toledo

Esta obra de Laureana me sedujo mucho porque es todo el archivo de sus experiencias con grupos de rock pero está empacado y no se puede abrir. La única manera de consultarlo es a través de la publicación que registra los documentos. Me gusta el coqueteo con la inaccesibilidad de los documentos y me conmueve que parte de su vida quede empaquetada y clausurada.

En Zona Maco también encontré cosas curiosas como que el stand en el que se presentaba obra de Antonio Caro, hubieran ambientado el trabajo del artista poniendo documentos de su archivo en una pared. Al verlo pensé que lo planteaba como obra, pero no. ¿O si?

Documentos del archivo de Antonio Caro en el stand de Casas Reigner, Colombia

Si bien en el caso anterior el archivo sirvió como adorno, en el stand de Pinto mi Raya se apareció en los objetos cotidianos que produce Critic-ON, ) una joven empresa que ha utilizado algunos documentos de arte conceptual mexicano setentero y ochentero en sus diseños.

A la izquierda Instrumento de trabajo para quitarle a Freud lo Macho de Maris Bustamante y a la derecha Mal de ojo a los violadores o El respeto al derecho del cuerpo ajeno es la paz del grupo de arte feminista Polvo de Gallina Negra.

A lo largo del taller también vimos ejemplos de archivos de arte que están en internet  MEXARTDATABASE , Producciones y milagros Agrupación Feminista , el archivo del International Center for the Arts of th Americas o el archivo de Pedro Meyer y hablamos de algunos centros de documentación públicos, como el de ExTeresa y el Laboratorio de Arte Alameda o algunos privados como el de Marcos Kurtycz, Pola Weiss y el nuestro.

Uno de los ejercicios que más me gustó fue el de catalogación, porque no tenía idea como entrarle a ese problema. Aunque están bastante ordenados, ni nuestro archivo personal ni nuestra amplísima colección hemerográfica están catalogados porque son documentos de trabajo y su orden responde a nuestras necesidades personales. Parte de lo divertido de crear un archivo es construir su estructura, pero catalogar un archivo, especialmente uno de arte contemporáneo con tantos tipos de materiales, es un broncón.

En función de lo anterior y pensando que lo que nos corresponde como artistas es pensar en qué información tenemos que guardar para que las ideas que queremos transmitir a través de nuestra obra o de nuestros archivos sea la indicada, invité a los participantes en el taller a dividirse en grupos y seleccionar cada uno un documento que catalogarían entre todos en el mayor número posible de categorías que se les ocurriera. De inmediato se notó que eran artistas porque no se limitaron a documentos sino sacaron todo tipo de objetos y los ordenaron por forma, color, materia, textura, uso, características, significados, etcétera.

Para contrastar sus espontáneas (aunque bastante completas) formas de categorizar, les mostré algunos de los campos que utilizan en centros de documentación al ingresar sus materiales.

Como el objetivo de cualquier taller es producir, una buena parte del tiempo lo dedicamos a desarrollar proyectos colectivos. En función de los intereses que plantearon los integrantes del taller en un principio, detecté tres inquietudes en el grupo: A) los que querían hacer archivos de arte contemporáneo como una manera de luchar contra la invisibilidad, B) los que querían hacer obra a partir del uso o creación de archivos y C) los indecisos.

El grupo A trabajó en el proyecto del grupo La Agencia: exhibición, educación y solución artística  cuyo objetivo es construir la historia del arte reciente en Aguascalientes a partir de entrevistas, de rehacer piezas efímeras y de invitar a la comunidad a unirse a este esfuerzo. Lo hacen a manera de obra, pero motivados por la necesidad de tener una historia hasta ahora inexistente. El proyecto se llama Historia reciente del arte en Aguascalientes. Los participantes en este proyecto son Berenice Cortés, Argel Camacho, Rolando López y Tanex Olivares.

Tuve la suerte de que me tocara la presentación de uno de sus eventos, en el que hicieron una versión nueva de una pieza de Gerardo Faustino Barba Alemán, quien hace un cuarto de siglo presentó una pintura al suelo, lo que causó gran revuelo en Aguascalientes.

Además presentaron información sobre el artista, un video de la elaboración de la obra y se llevó a cabo una interesante mesa redonda en la que estuvo presente el artista y se habló de ésta y otras de sus obras, incluyendo una que presentó en el quinto y último Salón de Espacios Alternativos en el MAM en 1987. Me llamó la atención que los historiadores empezaron a criticar la metodología de los artistas en su reconstrucción de la historia, siendo que más bien lo que se tendría que cuestionar es porqué ellos no han tenido interés en hacerlo.  

D

Otro elemento de la pieza fue una línea del tiempo que han empezado a conformar en colaboración con los participantes a sus eventos. Hasta yo le entré al ejercicio aportando el dato de que el primer premio a una obra de arte feminista en México se había otorgado en 1977 en el Concurso Nacional de Estudiantes de Artes Plásticas. Me lo dieron a mí. Confieso que me costó trabajo escribir el dato porque me sentí como intrusa, lo hice por disciplina porque cuando hicimos la exposición del archivo de Ana Victoria Jiménez en la Ibero nos dimos cuenta que nuestra línea del tiempo en una exposición que pretendía visibilizar el feminismo y el arte feminista en México, incluía pocos datos del primero y ninguno del segundo. Hasta nosotras nos tragamos la historia oficial y nos autoinvisibilizamos. Ante la invitación directa de La Agencia, creo que lo importante es reunir la información y ya habrá tiempo después para que se vaya decantando.

 El grupo B decidió trabajar a partir de una serie de fotos personales, anónimas, de viajes, que ha coleccionado el fotógrafo Jorge Camarillo quien participó en el taller. Se las repartieron al azar y cada uno escribió la historia que le sugería la imagen. Al final las leyeron en el taller, creando una historia sobrepuesta a los huecos de información que dejaba la fotografía misma. Los resultados fueron muy interesantes porque a pesar de que cada quien trabajó por su cuenta, con estilos y planteamientos muy diferentes, el hilo conductor de la imagen permitió unir los fragmentos de información que cada quien aportaba.

El grupo C, el de las indecisas, resultó que lejos de indecisión tenía unas ganas férreas de cuestionar los documentos de identificación que llenan nuestros archivos. Ellas empezaron a elaborar un proyecto de diseño de documentos para avalar otro tipo de relaciones interpersonales o para crear otras formas de interactuar a partir del documento, por ejemplo, los papeles con los que una hija adopta a su madre y se comprometen ambas a intercambiar roles. Al igual que en el caso anterior, hubiera sido bueno tener más tiempo en el taller para desarrollar estas ideas porque estoy segura que pueden salir trabajos muy interesantes.

Por último, después de largas discusiones sobre la importancia y problemas de los archivos de arte contemporáneo se redactó una carta colectiva al director del Instituto Cultural de Aguascalientes solicitando una serie de puntos que se consideraron importantes para que exista un buen archivo de arte contemporáneo, comprometiéndose ellos mismos a tomar ciertas acciones en este sentido. Ya que la hayan presentado, la subo aquí.

Mi visita en Aguascalientes terminó con una conferencia en la que presenté nuestro Archivo Activo, pero eso se los platico en la próxima entrada.

NO A LAS MATERNIDADES SECUESTRADAS

Visitar un archivo para reactivarlo puede ser toda una aventura.

Los pasados 5 y 27 de enero escribía en estas páginas sobre la Visita al Archivo Ana Victoria Jiménez -que es uno de los 4 proyectos que me he propuesto llevar a cabo entre 2012 y 2014- y que me ha permitido acercarme al artivismo actual y a grupos de feministas que no conocía.

El de Ana Victoria es un archivo al que le tengo un cariño particular porque es parte del recorrido de la historia del feminismo que he vivido. Reactivar esas imágenes y esas acciones políticas/artísticas me plantea la posibilidad de compartir las experiencias de los setentas y ochentas –cosa que me parece útil en este país sin memoria - y nutrirme de los nuevos planteamientos. Me permite crear un puente entre varias generaciones y otro entre quienes se acercan al feminismo desde el arte, el activismo, la documentación, la conformación de archivo y quienes crean las narrativas de estos actos. Para mí, trabajar con el archivo AVJ es vivir la vida y observarla al mismo tiempo.

La visita al archivo se ha ido construyendo poco a poco. He revisado nuevamente sus materiales, he asistido a talleres y seminarios sobre arte/comunidad o escultura social, he navegado durante horas en la red para adentrarme a los proyectos de arte y activismo actuales en el mundo, así como leído y releído textos sobre arte y política. También he organizado reuniones personales con futuras cómplices para entablar vínculos de trabajo con ellas, pero principalmente afectivos -que para mí son los más importantes. Y, por último, abrí el Taller de Activismo y Arte Feminista (TAAF) con miras a producir piezas individual y colectivamente. Todo esto toma su tiempo, mismo que tiene que respetarse porque este tipo de proyecto artístico pretende crear tejido social.

Hace unos días vio la luz pública Una maternidad secuestrada es, la primera acción que surge de la Visita al Archivo Ana Victoria Jiménez. Desde el punto de vista del feminismo la definiría como una campaña de concientización en torno a nuestro derecho a autodefinirnos que circuló a través de la red, los medios y un evento público: La protesta del día después. Desde el arte yo diría que es una intervención en tres tiempos/espacios que la iban ampliando: a) las cenas b) las redes c) la calle y los medios.

A principios del año que empezó a reunirse el TAAF decidimos enfocarnos en el tema de la maternidad porque nos toca a todas -seamos o no madres- y en particular al aborto por lo complejo de su situación: legalizado en el DF y criminalizado en la mitad del país al grado de prohibirlo incluso en casos de violación y de peligro de la vida de la mujer, llegando al grado de encarcelar a mujeres tras sufrir abortos espontáneos. Es un tema que no debemos descuidar y creo que es necesario que las artistas conozcamos y colaboremos con proyectos como GIRE  y Católicas por el derecho a decidir.   Por cierto, échenle un ojito a su video sobre aborto de Catolicadas que es una joya. 

Pero trabajar el tema de la maternidad también es una referencia directa al Archivo AVJ. La primera manifestación de la oleada feminista setentera fue en 1971. La organizó el grupo MAS (Mujeres en Acción Solidaria) que formó Martha Acevedo. Me llama la atención que la primera protesta fuera en contra de algo tan abstracto como “el mito de la madre”, pero apunta a la importancia que se le daba a la cultura. Esto puede parecer muy normal hoy, pero me imagino que en los setentas, cuando lo político se centraba en la lucha de clases, esa propuesta fue profundamente radical.

Volante de esta manifestación parte del Archivo AVJ

Por otro lado, la primera manifestación a la que yo asistí en mi vida, documentada por Ana Victoria, fue la de la Coalición de Mujeres Feministas ante la cámara de diputados en 1977 en la que exigíamos aborto libre y gratuito.

Foto Ana Victoria Jiménez

La forma en la que empezamos a trabajar en el TAAF fue a partir de esa antigua y sabia práctica feminista: el pequeño grupo. Esa manera de reunirse a hablar y escuchar de manera ordenada que permitió que lo personal realmente se convirtiera en político me parece una metodología fundamental para cualquier proyecto feminista.

Después de platicar entre nosotras sobre los aspectos que más nos afectaban de la maternidad, cada integrante del TAAF organizó cenas o desayunos con otras mujeres para ampliar nuestra visión e ir entretejiendo complicidades.

Yo reuní artistas, activistas y a mujeres que están documentando el movimiento feminista con imágenes o con sus investigaciones y las que están conformando archivos o trabajando para que se resguarden y difundan porque creo que trabajar conjuntamente puede ayudar a disminuir la invisibilidad que aún nos afecta.

Otras reunieron a artistas jóvenes con artivistas, hablaron con su mamá o con vecinas para conocer sus opiniones o cenaron con colegas que sin ser madres les ha tocado cuidar hermanos menores o padres por el hecho de ser mujeres. Poco a poco subiremos los reportes de estas reuniones.

Desayuno en casa de Liliana Marín. Foto Mónica Mayer

Originalmente empezamos a manejar la idea de maternidades impuesta para hablar de la amplia gama de problemáticas que estábamos discutiendo, desde la falta de educación sexual hasta las presiones familiares y sociales para ser madres, pero nos quedaba chico el término al tratar de incluir temas como las mujeres cuyos hijos e hijas han desaparecido o muerto por la violencia que se vive actualmente en el país.

Después de ésta conversación íntima, situada en el ámbito de lo privado, pasamos al espacio virtual a través del grupo de Facebook Una maternidad secuestrada es  y el hashtag #UnaMaternidadSecuestradaEs en twitter en donde invitamos al público a participar con sus ideas. Imprimimos esa misma frase en los delantales que decidimos usar en esta concentración. Las respuestas no se dejaron esperar en ambos espacios, enriqueciendo y complejizando nuestras ideas sobre la maternidad. Estas intervenciones se convirtieron en el eje de La protesta del día después.

El entusiasmo que se generó en el grupo fue tal, que incluso hubo algunas intervenciones previas al evento del 11 de mayo. Por ejemplo, Karen Cordero empezó a asistir a clases durante la semana previa a la protesta utilizando el mandil con la leyenda NO A LAS MATERNIDADES SECUESTRADAS que habíamos decidido hacer.

Así mismo, el 10 de mayo se realizó la Marcha de la Dignidad Nacional: Madres Buscando a sus Hijos e Hijas y Buscando Justicia y varias de nosotras nos unimos a ellas usando nuestros delantales.

Foto Mónica Mayer

Ina nos tomó una foto que está en Producciones y Milagros.

Ese mismo día Liliana Marín realizó una pieza en el metro y leyó algunos de los textos que usaríamos al día siguiente. Estábamos calentando motores.

Foto Mónica Mayer

A manera de crónica: La Protesta del día después

11 de mayo de 2012. La tarde era cálida y bochornosa, amenazaba con llover. El Zócalo, que es la plaza principal en el Centro Histórico de la ciudad de México todavía estaba tres cuartas partes invadida por el escenario del multitudinario concierto que Paul McCartney había ofrecido ahí la noche anterior. El caos humano era el de siempre, pero un poco más concentrado: vendedorxs ambulantes, turistas, danzantes, estudiantes, policías, compradorxs se apresuraban a terminar el día. El ruido era ensordecedor, como cuando los pájaros se preparan para dormir. Eran las cinco de la tarde en punto.

A lo lejos se escuchaba un rumor. Un grupo de mujeres de diversas edades –entre 6 y 80 años- avanzaba por la calle de Moneda. La mayoría vestía delantales con la leyenda NO A LAS MATERNIDADES SECUESTRADAS impresa en el pecho. Todas se veían seriamente embarazadas y cargaban pequeñas pancartas. Repartían volantes. Reían. A su paso se hizo el silencio y las miradas se volcaron sobre ellas, incluyendo las de los policías que reportaban sorprendidos “avanza un grupo de féminas, son cerca de 60, pero no parecen peligrosas”.

Foto Víctor Lerma

Sus voces se fueron acercando. “Una maternidad secuestrada es:” decía solemnemente a manera de letanía Minerva Valenzuela quien guiaba la procesión/marcha y el coro respondía con frases como: “Embarazarme por no saber que existen los anticonceptivos”, “No ver a mis hijxs porque tengo que trabajar 12 horas”, “Que las mujeres pobres seguimos muriéndonos por complicaciones en el embarazo”, “Que las adolescentes embarazadas abandonemos la escuela”, “Que me quiten a mis hijos por ser lesbiana”, “Que me digan que soy egoísta porque no quiero ser madre”, “Que me metan a la cárcel por un aborto espontáneo”, “Que desaparezcan a mi hijo o hija y ninguna autoridad me pueda dar respuesta”.

Foto Gabriela Huerta Tamayo

Foto Gabriela Huerta Tamayo

Al llegar a la explanada se extendió una larguísima jerga sobre el piso y empezó una peculiar pasarela en la que cada mujer –y algunos hombres- desfilaban exigiendo sus propias demandas. Algunas hacían performances. Al micrófono, dos mujeres ampliaban las ideas, invitando al público a reflexionar sobre el complejo tema de la maternidad. Varias repartían información de organizaciones feministas y de diversidad sexual. Al terminar la “jergarela”, las mujeres levantaron la tela para trapear sobre la que habían desfilado para darle uso de manta en manifestación y se pudo leer la leyenda NO A LAS MATERNIDADES SECUESTRADAS, frase que corearon enérgicamente. Para terminar, en un acto simbólico, se desprendieron de las maternidades impuestas quitándose los mandiles y las panzas, regresando por donde habían venido, pero ahora unidas por una misma consigna.

Foto Yuruen Lerma

Foto Yuruen Lerma

Foto Yuruen Lerma

El álbum de Producciones y Milagros, Agrupación Feminista AC

Foto Brenda Hernández Novoa

Foto Brenda Hernàndez Novoa

Fotos de Brenda Hernández Novoa

La protesta del día después logró una buena cobertura en los medios: dos programas de radio, uno en IMER y otro en NoFM que es una estación por internet, artículos en El Universal y Reforma, así como una amplia mención en el programa El Mañanero en la participación semanal de Marta Lamas que luego presentó a manera de texto en Proceso. Me llamó la atención que el evento realmente habitó dos ámbitos independientes: el del arte y el del feminismo, cada uno con sus propios protagonismos. En unos aparecían las activistas al frente de la organización y en otros las artistas. Para mí esto indica que la colaboración está funcionando bien y permitiendo permear varios ámbitos. El chiste es que el mensaje llegue al mayor público posible.

En fin. Ya seguiré escribiendo después porque se me ha pasado el mes entero sin subir nada y hay tanto… Hay que hablar de otros ejemplos de cenas como arte, de lxs artistas que llegaron y se unieron a la protesta, de las reflexiones que hemos tenido a partir del evento, de cada cena en particular, de lo que salió mal y lo que salió bien, de las complicidades que se han ido creando con otras mujeres que se han acercado al proyecto, de quienes documentaron, de los distintos performances que hubo, de que llegaron hijas con sus mamás y mamás con sus hijas, de que ahí estaba la mitad de mi familia …….