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Viernes, 30 Junio 2017 16:17

ELIZABETH ROMERO. UNA ARTISTA TRIPLE A

Busco a Elizabeth Romero entre mis textos y aparece por todos lados. En ellos escribo sobre su trabajo, relato nuestras complicidades en distintos proyectos y la cito en múltiples ocasiones. Fue una persona de la que siempre aprendí.

Les comparto algunos ejemplos. En 2003 escribí Guadalupe a flor de piel, texto publicado en El Universal en el que me refería a la pieza que hizo ese año, cuando se hizo tatuar una virgen en la espalda, invocando permanentemente su presencia en el cuerpo. Asistí a esa acción y me impresionó su carácter ritual. Era otro capítulo en la reflexión sobre la divinidad femenina que realizó Elizabeth en su vida y en su obra.

Aflordepiel

En 2004 aparece en mi libro Rosa chillante: mujeres y performance en México,  en donde hablo de varias de sus piezas. Me cito a mí misma:

Elizabeth Romero (1960)

El tema de la sangre como elemento primordial para la vida y como la pauta que marca el ritmo de nuestras vidas como mujeres, ha sido usado por otra artista que también utiliza su cuerpo para imprimir imágenes.   En marzo de 2000, en la galería La Masmédula (Bucareli #128) que dirige la joven artista Rigel Herrera, Elizabeth Romero presentó su exposición Xipeme, que significa la víctima desollada de un sacrificio ofrecido al dios Xipe-Totec. Romero trabajó en colaboración con la fotógrafa Maritza López y el pintor Oliverio Hinojosa. Ella realizó un ritual, un performance durante el cual imprimió su cuerpo desnudo, bañado con tintura de betabel sobre unas telas, a las que también les escribió diversos textos con carbón.   La acción de registrar la piel, el cuerpo, la esencia humana, fue a su vez documentado fotográficamente por López y a través del dibujo por Hinojosa. A pesar de que imprimir un cuerpo sobre tela es un recurso que han utilizado muchos artistas, en esta obra, que habla de cosas tan fuertes como el dolor y la separación, sentí una calidez muy particular. Quizá sea así porque Romero se hizo acompañar de dos buenos amigos en su proceso. Quizá porque ella, como ser humano, le imprime esa calidad a la vida misma.

El 16 de junio de este mismo año, durante la Primera Muestra de Performance e Instalación que se llevó a cabo en el Jardín Borda, en Cuernavaca, Romero realizó una segunda versión del performance, ahora bajo el título Imprimación. La noche era fresca porque acababa de llover. La luna llena. Sola, rapada y desnuda, Elizabeth bañó su cuerpo de tintura de betabel y lo imprimió sobre unas telas. Alguien del público enfureció y empezó a gritarle.

En 2005 nuevamente escribí sobre Elizabeth, en esta ocasión sobre la exposición Encantadora III que reunía fotografías que le tomaron diversas personas dedicadas a este campo. En el texto la defino como una artista triple A, por tener Actividad (su trabajo como promotora), Acción (obra artística) y Actitud (la creación de ella misma como personaje). Al releerlo siento que es el texto en el que más me acerqué a un ser humano tan complejo y profundo como ella.

En años recientes Elizabeth ha seguido apareciendo en mis escritos y seguramente lo seguirá haciendo. Es una presencia constante. Está en los textos de mi conferencia/performance del proyecto Visita al Archivo de ExTeresa cuando hablo sobre las performanceras mexicanas cuya obra toca el tema de la identidad nacional identidad y sobre las performanceras que abordan temas religiosos. pintomiraya.com/redes/visita-al-archivo-de-ex-teresa/item/118-relato-6-las-religiosas.html

En ese mismo blog aparece al hacer la crónica de un taller de arte y archivo en Pinto mi Raya en el que Helena Gisela Muciño nos habla sobre su investigación sobre tatuaje y busca información en nuestro archivo sobre arte/tatuaje.

Elizabeth también está en Archiva: obras maestras del arte feminista en México mi pequeño archivito de 74 artistas en el que no podía faltar.

Su presencia en este archivo de artista es con Cihuayo de 2006, una de las obras de arte feminista en México más fuertes que recuerdo. Esta también fue una acción ritual de intervención corporal.

En fin. Creo que estoy llegando al final de esta búsqueda de Elizabeth Romero en el archivo de Pinto mi Raya. Me doy cuenta que me entristece hacerla. Su ausencia y su presencia se me confunden. Fue una persona muy importante para mí y ya no está.