Es el primer día de trabajo del año y, aunque ayer domingo escribí una entrada al blog sin bronca, hoy tengo una flojera tan grande que parecen dos, así es que de antemano les ofrezco disculpas si el texto sale medio extraño por no seguir mis instintos y hacer un típico, tradicional y muy nacional San Lunes.
El maíz es el megasímbolo de la identidad y está presente en el trabajo de las artistas de maneras muy diversas. Un primer recorrido por el archivo de Ex Teresa, con sus miles de libros, revistas, catálogos, expedientes, videos, fotografías y otros documentos arrojó varias piezas que me interesan mucho.
Pero antes de seguir, un breve paréntesis para platicarles que el sábado pasado me aventuré al Centro Histórico y sus ríos de humanos para ir a ver la exposición escindir serrar pulir: exploraciones al Centro de Documentación de Ex Teresa. La odisea valió la pena. No saben el gusto que me da que presenten exposiciones con los materiales del archivo de Ex Teresa y le den el lugar que se merece a su importantísima colección de arte contemporáneo. Montada sobre el mobiliario diseñado por Giacomo Castagnola (quien también se encargó del que tienen en el MUAC), esta primera muestra presenta documentos de diversos artistas como Marcos Kurtycz, Elvira Santamaría, SEMEFO y el grupo Proceso Pentágono. El siguiente paso será lograr que los materiales de archivo sean considerados como la colección que es y se les pueda dar la protección legal que requieren.
La patente del taco de Maris Bustamante.
Pero volvamos al maíz.
La primera pieza que mencionaré, tanto por mantener el orden cronológico como por el hecho de ser una obra icónica del arte mexicano es La patente del taco de Maris Bustamante de 1979 en la que, como su nombre lo indica, la artista registra ante Derechos de Autor este típico platillo nacional. Aquí les dejo un texto que escribió Bustamante sobre su pieza en el 2012.
Orden y progreso de 19 Concreto
Aunque Orden y progreso es una obra colectiva del grupo 19 Concreto, pero decidí incluirla porque Lorena Orozco fue una de sus integrantes. A continuación la descripción que ellos mismos hacen de su pieza y, lo que es todavía mejor, la liga al video del performance.
19C2. “Orden y Progreso ” 1995
El positivismo en México de finales del siglo pasado se erige como la filosofía justificadora de las necesidades políticas, morales e intelectuales de la época que consiste en un método experimental (Científico) como medio de conocimiento. El porfiriato, al abrazar el positivismo, se apropia de un sistema que históricamente no le correspondía. El performance retoma paradójicamente estas expectativas de desarrollo tan particularmente mexicanas y cuya fragilidad padecemos cotidianamente. Se instaló una máquina para hacer tortillas en la sala del museo. Se echó a andar la máquina al mismo tiempo que comenzó un discurso positivista de Justo Sierra en tres monitores al centro del espacio. Posteriormente se construyó una columna de tortillas sobre los monitores, sostenida por los integrantes del colectivo que entraban al ritmo del vals “ Sobre las Olas” De Juventino Rosas. Al terminar el vals los participantes se retiran y la columna de tortillas cae. El performance de presento en el Museo del Chopo. 
Raíces de Violeta Luna, 2005.
A través del tiempo y la distancia, el maíz ha resultado ser el más perfecto símbolo de lo mexicano porque a diferencia de los héroes o las figuras religiosas en torno a los cuales no solamente llega a haber polémicas sino incluso pleitos mortales, éste nos aglutina en el ámbito de lo público y el de lo privado. En esta pieza Violeta Luna aborda una variedad de temáticas políticas desde la migración mexicana a EU hasta las problemáticas de los cultivos transgénicos. En Ex Teresa se encuentra el video.
Epítome o modo fácil de aprender el idioma Nahuat, 1996.
Termino esta breve selección de obras sobre el maíz con una impactante pieza de Laura Anderson Barbata que no conocía y que es parte de su serie En el orden del caos, cuyo catálogo se encuentra en Ex Teresa. Esta instalación está conformada por cinco mil dientes humanos y cabello incrustados en estructuras de bambú y cuerda con cera de abeja producida en Campeche. Según la información obtenida en Ex Teresa:
“La pieza habla de cómo en la conquista poco a poco fue despojado el indígena, quitándole por ultimo hasta su manera de hablar. Esta era la última conquista. Cada diente extirpado representa una palabra muerta.”
La carga simbólica y las posibilidades creativas del maíz nunca dejarán de sorprenderme.
6 de enero de 2014
