Martes, 10 Abril 2012 16:24

DR. ATL: CAMINATA CON SALTO MORTAL TEÓRICO

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El performance tiene una larga historia de caminatas que hoy se fortalece con proyectos como Global Performance Art Walks.

En honor a esta tradición, a manera de acción, hoy 10 de abril de 2012, formalmente declaro al Dr. Atl como

PROTO-PERFORMANCERO INSIGNE

Y te invito a realizar una caminata de acuerdo a las siguientes instrucciones:

Paso # 1

Sal a caminar sin rumbo. Al llegar a un lugar que te seduzca, lee en voz alta las siguientes citas del Dr. Atl. Puedes sustituir las referencias al dibujo por performance y/o hablar en femenino.

“Caminante antes que todo, recorrí campos y montes desde muy niño, y un día, espontáneamente, me encontré a mí mismo copiándolos sobre un papel con la punta de un lápiz.”

Luna Arroyo, Antonio, Dr. Atl de Antonio Luna Arroyo, Salvat, México, 1922, pg. 122

“Yo no nací pintor. En efecto, no nací pintor, pero nací caminante y el camino me ha conducido al amor por la naturaleza y al deseo de representarla”.

“… yo nunca salgo “a buscar un paisaje” siempre dejo que el paisaje me busque a mí…”  Me detengo ante esa sensación, mejor dicho, ante ese estado que me produjo la sensación, lo analizo rápidamente y hago un esquema en blanco y negro, también muy rápido, ambas cosas, con raras excepciones, no duran más de diez minutos.

Casado Navarro, Arturo, Gerardo Murillo. El Dr. Atl, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, 1984 pg. 195

Paso # 2

Sigue caminando sin rumbo hasta encontrar un en lugar donde descansar y ahí lee en silencio el siguiente texto de Amalia Castillo Ledón.

 No escapo a la tentación de relatar una de las mil fantásticas anécdotas del Dr. Atl. Una que tuvo cierta relación con mi esposo y conmigo. Estábamos en Tepic, Nayarit, donde Luis era gobernador constitucional del estado, y ahí fue el amigo Dr. Atl a visitarnos. Después de varios días de charlas y excursiones, partió hacia Guadalajara a pie, como él ha acostumbrado hacer toda su vida. Lo despedimos y lo vimos marcharse alegremente, con una vara de palo burdo al hombro, de la que colgaba un amarrado con lo más indispensable para el viaje. Unos días después pasó por Tepic una excursión de 50 coches del Automovil Club de Los Ángeles, California, y a petición suya mi esposo proporcionó a los excursionistas un guía bilingüe para entenderse con los indios huicholes, si fuera necesario. Además, la carretera no estaba terminada y había que cruzar la sierra.

Cuando el guía regresó a Tepic, contó la inusitada aventura. Al atardecer del tercer día de la excursión automovilística, buscaban un sitio agradable donde pernoctar, de preferencia en las cercanías del río. El guía estaba desorientado. De pronto, vislumbraron a lo lejos a figura de un hombre, un indio sin duda. El los conduciría al sitio deseado. Se acercaron a interrogarlo y, como había ya sombras nocturnas, no vieron sus facciones, El guía le habló en huichol; pero el hombre no entendía y le contestó en español. “Si –le dijo-, aquí abajo, a la derecha, pasa el río y se puede instalar el campamento en una gran meseta que está a unos cinco kilómetros de aquí. Yo puedo conducirlos.” Y los llevó.

El nuevo guía era muy gentil, pero estaba completamente desnudo. ¿Qué hacer con él, ante las señoras norteamericanas que integraban la caravana? Cuando los ocupantes de los vehículos descendieron – damas y caballeros – para organizar el viva – que, prender el fuego y cocinar la cena, el personaje del camino apareció a los ojos de todos, a pesar de su desenfadada desnudez, con todo su encanto y señorío característicos. Hacía leves reverencias a las señoras; besaba su mano, hablaba en inglés de Oxford, italiano, francés; narraba sucesos extraordinarios e ingeniosos y reía a carcajadas con alegría de niño. No hay para qué decir que nadie volvió a parar mientes en su desnudez, ni él mismo, que iba y venía libremente, atendiendo a sus huéspedes. Al día siguiente, el extraño anfitrión del camino, el Dr. Atl, perfectamente vestido, continuó su camino en automóvil, invitado por la caravana, hasta Guadalajara.

Cano, Gabriela (Selección y estudio introductorio), Amalia ce Castillo Ledón. Mujer de letras, mujer de poder. Antología, Consejo Nacional para la cultura y las Artes, México, 2011, pg. 52

 Paso # 3

Decide el rumbo de tus propios pasos.


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