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Performance de primera plana

El viernes 21 de abril el performance llegó a los canales comerciales de TV y a las primera planas de varios diarios, incluyendo El Universal. Luciendo un minúsculo bikini, con su escultural figura pintada la mitad de rojo y la mitad de negro, Emma Lauría Villanueva, realizó su pieza PASIONARIA, CAMINATA POR LA DIGNIDAD y todos volvieron la mirada. Con un acto lúbrico, lúcido y lúdico, esta joven de 24 años de edad enfrentó solita a las autoridades de la UNAM, al Consejo General de Huelga y a la Policía Federal Preventiva. A través de un performance expresó sus discrepancias con todos ellos y su apoyo a los seis puntos del pliego petitorio, mismos que defenderá hasta que sean aceptados no reinscribiéndose a la carrera de letras hispánicas la cual ha cursado con muy alto promedio. Y, sin buscarlo, sacó de entre las páginas culturales a este género artístico que siempre parece ser tan exquisito y hermético.

Emma, a quien le agradezco haberse pasado un buen rato platicándome sobre su obra, apenas está iniciándose en el performance. Además de sus estudios en la UNAM, lleva años dedicada a la danza. Cuando entró en contacto con el performance supo que era justo lo que necesitaba para conjuntar los lenguajes que maneja. También detectó que era un medio idóneo para abordar cuestiones políticas y sociales. A lo largo de su participación en los talleres de Lorena Wolffer y de Pancho López, ha realizado otras piezas que también buscan la interacción con el público, enfrentando la vulnerabilidad del individuo con las imposiciones y contradicciones del sistema. En Todo se vale (Diciembre 99), realizó un table dance político en el que bailó tres piezas. En la primera el público podía ver, en la segunda ver y tocar y en la última hacer lo que quisieran. Solo tenían que nombrar al candidato indicado cuando ella les preguntaba en secreto por quien votarían. Nunca le atinaban. Para conmemorar el primer aniversario del estallamiento de la huelga en la UNAM y para protestar por el hecho de que la PFP estuviera resguardando las instalaciones durante las vacaciones de Semana Santa, Lauría decidió realizar una caminata de 8 kilómetros que reflejara el desgaste de un movimiento tan largo. En Félix Cuevas y Universidad se desvistió y le pidió al público que escribiera sobre su piel rojinegra algo sobre el movimiento estudiantil con pintura blanca. Algunos de los textos fueron: libertad, huelga manipulada y mirones sin pantalones (por los que le gritaban improperios o piropos desde los microbuses pero no se atrevían a acercarse). Y así, con todo y sus altísimos tacones, realizó esta marcha unipersonal hasta cd. Universitaria. A lo largo del camino repartió información en torno la pieza y sus observaciones sobre el pliego petitorio. Imaginen las reacciones de los transeúntes ante la visión de esta Diana moderna.

Al llegar a CU la situación cambió. Frente a Rectoría se efectuaba el Primer Encuentro Internacional de Estudiantes por la Educación Gratuita. A pesar del apoyo de muchos chavos que elogiaban su valor, parece que a algunos miembros del CGH les molestó que robara cámara y trataron de ignorarla. Y, al acercarse a los policías para plantear sus ideas, Lauría encontró diversas reacciones, aunque en general eran de palo. Y, no es de sorprender, porque hasta ella misma estaba consternada por el nivel de agresividad verbal por parte de los estudiantes que tenían que soportar. Casi desnuda, desde su propia vulnerabilidad, también percibió la de ellos. Esta pieza me parece muy interesante por su sinceridad. Lauría la realizó porque es un problema que vive en carne propia. Pero además hilvanó perfectamente bien el contexto social y político. Y no me refiero sólo a los problemas universitarios, sino a su planteamiento como mujer que, al ser sujeto y objeto en la obra, logra atraer la mirada ajena utilizando su cuerpazo, para de ahí arrastrarla hacia sus ideas. Y, aunque la obra también hubiera funcionado bien sin la gran difusión que tuvo en los medios, al hacer que un performance llegara a las primeras planas logró algo que, hasta donde yo recuerdo, aquí solo habían conseguido los artistas anónimos en organizaciones como Greenpeace.