De manera muy personal y con mucho cariño y admiración deseo hacer un amplio reconocimiento a la labor titánica que, con una dedicación franciscana, han llevado a cabo Mónica y Víctor a lo largo de la ultima década: “RAYA: CRÍTICA Y DEBATE EN LAS ARTES VISUALES”.
Primero como estudiante de historia del arte, y luego en mi desempeño como crítica e investigadora, he sido cliente asidua de “RAYA”, prácticamente desde sus inicios. De hecho, me congratulo de haber reunido la colección completa, misma que he depositado en la biblioteca de Casa Lamm, para la consulta de todo el público interesado.
Como crítica de arte, oficio que he practicado con regularidad desde hace 9 años en periódicos como La Jornada, Excélsior, y el desaparecido Ovaciones en la cultura, muy pronto me dí cuenta de la necesidad imperiosa de estar al tanto de todo lo que se publica sobre artes visuales en los numerosos diarios de nuestra ciudad. Todos hemos sido testigos del voraz crecimiento que ha tenido en los últimos años la cartelera cultural del D.F. en materia de exposiciones de arte. ¿A cuántas podemos asistir cada semana? En lo personal, lamentablemente, aunque me lo proponga, tan sólo a algunas. Y sobre todas esas exposiciones, ¿cuántos artículos, reseñas y crónicas se publican diariamente? Imposible también abarcarlos en forma cotidiana. Para quienes nos movemos en el vertiginoso mundo del arte, creo que no basta con conocer las producciones artísticas de nuestro tiempo, sino que se requiere estar al tanto de la crítica y el debate que éstas propician: de la fusión de ambos se alimenta el corpus teórico de los historiadores e investigadores del arte contemporáneo, así como la creación misma.
Ante la vorágine informativa que se despliega diariamente en los medios impresos, me imagino que probablemente ustedes hagan lo mismo que yo: elegir tan sólo uno o dos diarios que nos arrojen las noticias cotidianas, y en los que encontremos a los autores que más nos interesan. ¿Y los demás? Hay que suscribirse a “RAYA” y esperar cada quincena su entrega para devorarla con calma y saciar la curiosidad.
Gracias a la recopilación de “RAYA” tomé conciencia de que se publica quincenalmente un centenar de artículos relativos al arte y al medio cultural en los diversos diarios capitalinos, lo cual comprende un material imprescindible para la historiografía del arte contemporáneo.
Lamentablemente, este trabajo queda disperso en los medios impresos y difícilmente alguien se animaría a editarlos en un volumen que quedase como memoria permanente de la critica de arte de nuestro tiempo. Recordemos el macro proyecto que realizó el instituto de investigaciones estéticas allá en los años sesenta, todavía bajo la dirección de don Justino Fernández, y a cargo de la Dra. Ida Rodríguez Prampolini: la publicación en tres volúmenes de la critica de arte en México en el siglo XIX, recopilación cuyo valor documental no tiene precio para los investigadores de ese periodo.
Ahora estamos en deuda con la crítica de arte del siglo XX. Pensemos solamente en los escritos de Justino Fernández, de Luis Cardoza y Aragón, de José Moreno Villa, de Jorge Juan Crespo de la Serna, de Juán García Ponce, de Margarita Nelken, o en tiempos más recientes, de Raquel Tibol, de Teresa del Conde o de Jorge Alberto Manrique, así como la generación que les sigue... ¿Se imaginan si pudiéramos tener acceso a sus obras completas publicadas en una bien cuidada recopilación? ¡Cuánto se nos facilitaría la tarea de ratón de bibliotecas y hemerotecas! Mientras mi sueño guajiro se hace realidad, agradezcamos a Mónica y a Víctor por la posibilidad de poner a nuestra disposición toda la documentación hemerográfica sobre el devenir del arte contemporáneo de México en la última década del siglo xx.
La crítica de arte ha cobrado importancia especial en nuestro tiempo como una de las expresiones de la cultura que revela la conciencia artística y estética de nuestra época. Un pueblo al que le falte la crítica de arte es como si fuera mudo, como si quedara perplejo o inerme ante las obras producidas por él mismo o por otros. Por fortuna, en México no sólo no ha faltado la crítica de arte, antes bien ha existido en abundancia. Y por fortuna también, todavía hay locos maravillosos como Víctor y Mónica, cuya pasión incansable por promover y difundir las artes visuales de nuestro tiempo a través de las multivariadas voces de los críticos, los ha movido a llevar a cabo una empresa heroica como “raya”, realizada literalmente por amor al arte.
Mónica y Víctor, los felicito y los celebro de todo corazón y gracias una vez más por compartir con nosotros tan valioso trabajo.
Germaine Gómez Haro
Texto presentado durante la mesa redonda en Casa Lamm para celebrar el X Aniversario de Raya: crítica, crónica y debate en las artes visuales. 1991.