Milenio
Jueves 12 de Julio del 2007, Ciudad de México, D. F.-
Así como en la anatomía se realizan cortes que penetran varias capas de los tejidos y órganos para revelar su construcción (como en el libro de Gray, una joya del siglo XIX), de esa misma manera Víctor Lerma ha realizado una intervención compuesta por una serie de calas en los muros de la casa donde vivió David Alfaro Siqueiros, hoy convertida en Sala de Arte Público.
Con un minucioso cuidado, el artista se dedicó durante varios meses a retirar partes de la epidermis del edificio para descubrir las distintas capas y etapas de su construcción. De ese modo, en algunos puntos de la sala, como columnas, pasillos, escaleras, biblioteca e incluso la oficina del director, se pueden apreciar espacios microscópicos donde se ha penetrado hasta llegar hasta la desnuda pared de ladrillo.
Algunas de las implicaciones de este trabajo, más allá del gusto estético, involucran sin duda las reflexiones en torno al paso del tiempo. Cabe desde luego la reflexión de Rómulo García: el dilema de negar: "Sacrificar el pasado por el presente, o sacrificar el presente por el pasado". O bien nos obliga a pensar en la influencia del tiempo en la factura y envejecimiento de los espacios, desde una óptica individualista. Una visión en la cual es cada persona la que discierne acerca de qué debe ser conservado según su propia escala de valores estéticos y funcionales.
En el caso del trabajo de Lerma nos enfrentamos a un tercer producto que a pesar de que proviene de una indagación en sí mismo, quizá también éste pueda ser sujeto de la arqueología y la conservación. Es por esto que resulta especialmente interesante que en la inauguración que realiza hoy por la tarde en la Sala de arte público Siqueiros (calle Tres Picos 29, colonia Polanco), se lleve a cabo una discusión titulada precisamente Dialogía Visual II entre el propio artista con Pilar Villela, Hugo Arciniegas, Patricia González y Claudio Hernández, profesionistas en los campos del arte, arqueología, psicología y ciencia, respectivamente.
(Milenio - Lorenzo Rocha)
Fuente: Milenio - Cultura - Lorenzo Rocha
