El Tendedero ya agarró su propio caminito. Es una pieza adulta que hace lo que quiere, cuando y como quiere. Aparece y desaparece. Muta y se replica.
A partir de mi exposición en el MUAC durante el primer semestre de 2016 me han pedido la pieza para espacios educativos, exposiciones, eventos académicos y activistas. Siempre acepto porque aunque como artista quiero desarrollar otros proyectos, como feminista sé que es una herramienta útil y necesaria por lo hay que dejarla fluir. Además aprendo algo nuevo con cada experiencia, por ejemplo que las mejores reactivaciones son las que incluyen un taller previo porque lo importante no es la forma sino el proceso que genera.
El Tendedero de Culiacán fue muy especial porque implicó un diálogo con las artistas sinaloenses. Minerva Solano Moreno, directora de la Galería de Arte Antonio López Sáenz propuso que presentara la pieza en conjunto con una exposición colectiva de mujeres artistas. La idea me encantó.
A mediados de año Karen Cordero fue a impartir un taller de arte y feminismo y conocer su trabajo para hacer la curaduría. Seleccionó obras y a partir del taller se realizaron otras exprofeso para la muestra. También definieron las preguntas del Tendedero: ¿Te han maltratado por ser mujer? y ¿Qué harías para evitar el maltrato a las mujeres. Así surgió Ni de Venus ni de Marte: feminismo, arte y diferencia.
Antes de que yo llegara a Culiacán a impartir el taller y montar la pieza, las participantes en el proyecto empezaron a reunir respuestas en espacios públicos. Todavía me tocó una salida que fue muy interesante ya que al hacer una pregunta tan amplia, las respuestas abarcaban otras violencias.
Me llamó la atención que varias mujeres relataron que por ser mujeres no las habían dejado estudiar tanto como a sus hermanos. Al igual que cuando salimos a la calle en la CDMX, muchas mujeres nos pedían que nosotras escribiéramos la respuesta.
Como el Tendedero ya estaba resuelto para cuando llegué, aparte de hablarles de arte feminista en el taller nos centramos en dos asuntos: plantear la exposición como medio y no como fin, discutiendo formas de activarla y qué estrategia seguir ante el escándalo que desató la pieza Acciones para convertirme en los otros de Cutzi Salgado quien caminó por la calle desnuda con una hielera cubriendo su cabeza aludiendo a la forma en la que los narcos dejan a las de sus víctimas. La libertad de expresión se convirtió en tema central de la muestra.
El último día organizamos las hojitas y montamos El Tendedero de Culiacán. Al dolor que implican tantas de las respuestas en la pieza se contrapone la dicha de trabajar con otras mujeres para compartir luchas y anhelos.
La pieza quedó muy bien. Con información de sus versiones anteriores y materiales para que el público asistente participara.
Las respuestas, como siempre, fueron fuertes por el dolor y por las propuestas.
Al igual que en el Tendedero de Medellín que se hizo a partir de un taller, en esta ocasión incluimos en la pieza unos papelitos con la experiencia de las participantes. La concienciación sucede a muchos niveles.
Poco antes de la inauguración las participantes en el taller hicimos un recorrido de la muestra y cada una habló de su obra para que todas pudieran dar visitas guiadas. En una próxima entrada les contaré a fondo de todas las obras.
La inauguración fue todo un éxito. Aquello estaba a reventar. Aquí les dejo un video de esa noche.
El público participó en la pieza con entusiasmo.
Y después siguió llegando. ¿Qué más puedo pedir?