Abrazos es un performance participativo realizado para el I Festival de Performance México-Transilvania en Rumanía en 2008 y para el Festival ZAZ en Israel en 2009.
El trabajo de Mónica Mayer y Víctor Lerma siempre ha estado muy anclado en su contexto por lo que cuando son invitados a participar en festivales de performance en el extanjero lo hacen partiendo de lo más elemental: decir quienes son ellos ( Dualidad Virtual, el performance) o convirtiéndose en puente entre el contexto al que han sido invitados y el suyo propio.
Esta pieza empezó invitando a sus conocido y amigos en las redes sociales a compartir con ellos el recuerdo de un abrazo especial en su vida, mismo que compartirían con el público en los festivales. Las respuestas fueron llegaron pronto y fueron generosas.
Durante el performance uno de nosotros leía el abrazo y el otro lo daba.
En Rumanía colocamos un círculo hecho con papel picado sobre el que nos colocamos para dar los abrazos. Se destruyó poco a poco. Aquí encuentran la invitación al evento.
En Israel el ambiente era un poco más formal pues se trataba de un escenario al que invitamos a pasar al público para darle sus abrazos. En el vestíbulo había una mesa con materiales para que escribieran los relatos de sus propios, mismos que pasaron a conformar un pequño archivo.
Más abrazos los que nos regalaron en México:
Tengo muchos abrazos en mis recuerdos. Uno que todavía me estremece es el que me dio un amigo, quien me ayudó a salir de la zona de desastre del terremoto del 85, en la Colonia Roma, donde yo vivía. Tenía muchas semanas de voluntaria, en medio de la tragedia. La muerte, el desastre y la adrenalina, me habían hecho un poco insensible, como mecanismo para resistir y poder ayudar. Cuando me abrazó, el día que decidí, por salud mental salirme de la tragedia, me volví un mar de lágrimas. Por fin podía llorar. ¡Tenía tanto guardado! Ese amigo es hoy mi pareja, y los abrazos que nos damos, me brindan ese mismo sentido de alivio. Lucina
La última vez que abracé a mis amigos y a mi familia cada vez que vengo de España a México. Unos dos o tres con mi hijo. Los abrazos innumerables cuando dejé el Centro de las Artes. Y unos dos o tres abrazos afectivo/amistoso/amorosos. Les mando uno a ustedes. Magdalena
El abrazo más emotivo que he tenido y que es reciente, es cuando un día que me embargaba la tristeza, la desesperación y el llanto, mi hija con toda su nobleza que la caracteriza me dio un abrazo de verdadero consuelo que me reconfortó enormemente. Dado que ella es autista recibí el abrazo mas desinteresado y fraterno que haya tenido en mi vida. Maritza
Algunos de los que compartieron con nosotros en Israel:
