Pinto mi Raya surge en 1989 como un espacio alternativo o galería de autor, dentro del marco de otros proyectos similares promovidos por artistas de nuestra setentera generación (también conocida como la Generación de los Grupos) como fueron El Archivero o La Agencia, así como los de otros artistas más jóvenes como La Quiñonera y el Salón des Aztecas. La sede original de esta mini-galería fue Sombrerete #505 en la Colonia Condesa. Nuestro objetivo fue crear un espacio que, a diferencia de lo que se podía exponer en ese momento museos y galerías, permitiera mostrar obra lúdica y crítica, subrayando la importancia del proceso. Desde entonces, más que presentar una visión depurada de la producción artística, nos ha interesado promover interacciones y mostrar procesos.
Foto: Jorge Arreola Barraza
Esta experiencia pronto nos llevó a detectar algunos de los problemas de nuestro sistema artístico y poco a poco nos transformamos en una plataforma desde la que organizamos proyectos de arte conceptual aplicado, término que acuñamos para definir obras que además de su valor simbólico pretenden intervenir de manera práctica su entorno proponiendo e implementando soluciones. O, como quien dice, lo que nos interesa es lubricar el sistema artístico para que funcione mejor. Nuestro trabajo ha sido comunitario a partir de nuestro propio medio.
Pinto mi Raya es un proyecto independiente, pero sin prejuicios para trabajar con todos los miembros del sistema artístico. Seguramente no es redituable, viable o sustentable, pero nos divierte y nos apasiona tanto como cuando al echar un voladito, la moneda, de pura chiripa, cae de canto...su tercera cara. A eso le tiramos.
En este sitio encontrarás un recorrido del nuestro proyecto, así como el trabajo individual de ambos.
Mónica Mayer y Víctor Lerma