espacio

Generales

Proyectos artísticos

PROYECTOS DE MÓNICA MAYER

Tapices 

Traducciones,

And i told her

Nuestra Señora...

Diario de las violencias cotidianas

Los naufragios del Cuerpo

Novela rosa o Me agarró el arquetipo

Huesitos, 1994

El tratado de la amargura

Pieformance

De baches y colecciones, 2001

Madres solo hay 2, 2003

De Archivos y redes, 2012-

 

 

PARTICIPACIÓN EN PROYECTOS COLECTIVOS

Polvo de Gallina Negra, 1986-1996

El tendedero, 1977. Salón del '77, Museo de Arte Moderno

Making it Safe, 

La fiesta de XV años, con el grupo Tlacuilas y Retrateras, ENAP.

Abrazos, I Festival de Performance Mexicano-Transilvano, Rumania, 2008 y Festival ZAZ, Israel, 2009.

Monumenta, 

Hay que Olvidar la historia para no repetirla, Proyecto Eficiencia, MUAC.

 

PROYECTOS DE PINTO MI RAYA

Proyectos de una sóla ocasión

Justicia y democracia1995

De crítico, artista y loco... 1995

Rebeldía ante la impotencia plástica1996

Gráfica periférica, 1996

El balcón del CENIDIAP1997

El mejor amigo de los museos1998

Las de 19991999

Rueda/Ruedo de prensa, 1999

Pinto mi Raya: un espacio donde las artes visuales suenan 2001 - 2002

Por amor al arte 2002

Siqueiros a tres voces2002

Los puestos, las mesas redondas y los aniversarios, 2002

Nuestra Bandera2003

Memoria virtual, 2003

Dualidad Virtual2005

Once minutos de performance, 2006

Olivier, 2008

Archivo Activo, 2011

Del archivo a tu casa, 2013

 

Proyectos contínuos

Las Bodas 1975 - 

Raya: crítica, crónica y debate en las artes visuales 1991-

Pinto mi Raya: el puesto 2002-

Si tiene dudas, pregunte  2005 -

Yo no celebro ni conmemoro guerras2008 -

 

Textos sobre Mónica

A continuación podrán encontrar algunos textos sobre Mónica Mayer

 

Mónica Mayer

Mónica Mayer interioriza su feminismo por Raquel Tibol

La pieza del mes Lourdes Romero

Feminist Disruptions in Mexican Art, 1975 - 1987. Andrea Giunta

Mónica Mayer: arte, cultura y feminismo mexicano. Sabina Frank

 

 

Proyectos de Mónica Mayer

Aquí encuentran los textos y entrevistas que le hicieron a Mónica Mayer durante su exposición Si tiene dudas... en el MUAC en 2016

 

 

Proyectos de Pinto mi Raya

Pinto mi Raya por Carlos Blas Galindo

 

Neocursi. Artistas que realmente saben amar

Circuito cultural Condesa, espacios alternativos por Mauricio Ávila Romero

Circuito Interior de la Cultura por Macario Matus

Circuito Neocursi por José Manuel Springer

Constituyen cuatro galerías el Circuito Cultural Condesa por Angélica Abelleyra

Neo-cursi: artistas que realmente saben amar por Elda Maceda

Neocursi: artistas que aman creativamente por Luis Carlos Emerich

Galería Unicornio Blanco y los jóvenes neocursis por Eduardo Tamón Quiróz

 

Madrecitas: obra de pequeño formato  

Madrecitas por Alberto Híjar

Madrecitas: obra de pequeño formato por María Asunción Rodríguez

 

Las Santas del Oficio

Las Santas del Oficio por Alberto Híjar

 

Contaminación no 

Protesta plástica contra la contaminación por Ana María Longi

La niñez lucha contra la contaminación sin Autor

 

Excesos y caprichos

Excesos y caprichos por Luis Carlos Emerich

 

Proyecto Mímesis

Proyecto Mímesis por José Manuel Springer

Proyecto Mímesis por Miguel Ángel Quemain

El arte de la fotocopia por Víctor Manuel Banda

Proyecto Mímesis, Laser a todo color por Merry MacMasters

El proyecto mímesis por Macario Matus

Presentaron Mímesis, primera carpeta neográfica en AL por Angélica Abelleyra

 

Aquerotipo 

Aquerotipo, electrográfica monumental por Merry MacMasters

Destazando la cultura. Electrografía monumental por Josu Iturbe

 

Gráfica Periférica 

Necesario documentar la historia de la electrografía por Angélica Abelleyra

Es necesario documentar la historia de la gráfica alternativa: Lerma y Mayer por Maricruz Jiménez Flores

 

Electrografía monumental sobre papel de algodón

Electrografía monumental...; en el Chopo  por Gonzálo Velez

Destazando la cultura: electrografía monumental por Josu Iturbe

 

La Pala

La Pala por Carlos Blas Galindo

 

El balcón del CENIDIAP 

El Balcón del CENIDIAP no pintó su Raya por Esther Cimet

Legítima defensa por Pinto mi Raya

 

De crítico, artista y loco...

Sobre una obra de arte de Mayer & Lerma I y II por Felipe Ehrenberg

 

Rebeldía ante la impotencia plástica (R.I.P.)

Rebeldía ante la impotencia plástica Sin autor

Rebeldía ante la impotencia plástica, un llamado a los artistas conceptuales por Héctor Mauleón

 

La de enero

Mónica Mayer - Víctor Lerma por Carlos Blas Galindo

 

La de julio: Ruedo/Rueda de Prensa

Periodistas contra artistas: performance Ruedo/Rueda en el Museo de Arte Moderno por Héctor León Diez

La de julio: Rueda de prensa fue una "embestida" contra reporteros por Mónica Mateos

Con lúcida organización.... por Blanca Villeda

Cuestionan a los periodistas culturales hoy en el MAM por Adriana García

 

Once minutos

Once minutos de performancepor Pancho López

 

El décimo aniversario de Pinto mi Raya

Otra raya en el calendario por Blanca Villeda

Décimo aniversario de "Raya" por Germaine Gómez Haro

Raya: Crítica y Debate en las Artes Visuales por Paloma Porráz

De Rayas y Sistemas por Elizabeth Romero

Pinto mi Raya por Blanca González

Raya, una década después por Carlos Blas Galindo

 

Pinto mi Raya: un espacio donde las artes visuales suenan

Pinto mi Raya en radio por Carlos Martínez Rentería

 

Archivos de Arte y Arte sobre Archivos

Rayan su pinta por Benjamín Mayer

Arcontes, archivos y nomologías: las paradojas de archivar lo contemporáneo por José Luis Barrios

 

Archivo Activo

Archivo Activo (o del modesto acto que devino en gran gesto) por Sol Henaro

Los puntos y las rayas de Mónica Mayer y Víctor Lerma por Araceli Zúñiga

La historia oculta (o el archivo muerto) de los movimientos artísticos y sociales por César Horacio Espinosa V.

Pinto mi Raya. Archivo Activo, un proyecto conceptual por Marta Olivares Correa

 

La Bandera

De rutas y paréntesis por Elizabeth Romero

 

Yo no celebro ni conmemoro guerras

Performance patrio por Luis Orozco

La puesta en escena del anti-bicentenario por Karen Cordero Reiman, Revista Farenheit, Año 8, num 43, noviembre 2010, página 104. 

 

 

Proyectos con Polvo de Gallina Negra

 

 

Entrevistas 

Mayer y Lerma pintan su raya por José Luis Alcubillas

Unen arte y tecnología en "La de enero" por Miryam Audiffred

Aquerotipo, electrográfica monumental por Merry MacMasters

 

Lo nuevo

 

¡Cuatro nuevos eventos para la semana del 13 al 19 de octubre de 2014! Esperamos contar con su asistencia.

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Homenaje a Mónica Mayer en Casa de Engracia, Zacatecas.  Septiembre 2014

 

Entrevista para Gas TV MX de agosto de 2014.

 

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encuentro de fotografía

Pinto mi Raya estará presente y participará en una de las mesas redondas.  

 

Estrategias de supervivencia: Espacios y tiempos de la creatividad femenina


Lunes 5 de marzo, 2001. Triple Jornada #31, pág. 9. La Jornada.

Difiere de la masculina en temas y técnicas.
Las mujeres trabajan creativamente límites impuestos por roles sociales.

Una obra de Mónica Mayer de 1983 (Diario de las violencias cotidianas) me parece emblemática de las condiciones de producción creativa de la mujer contemporánea. Su formato recuerda un calendario de la semana laboral, con veinte rectángulos de papel ordenados en una matriz de cuatro por cinco, cosidos con un cordón café sobre un fondo de papel corrugado. Los rectángulos, con marco anaranjado e interior amarillo, lucen cálidos sobre el fondo neutro. Alrededor de cada uno se asoman las cabezas de querubines, fotocopiados en diversos tamaños. Adentro, Mónica, fotografiada y luego fotocopiada en disfraz de Virgen, adopta poses que recuerdan en algunos casos iconografías tradicionales de la Madona o de la Virgen Dolorosa, y en otros la extrema angustia retratada en El grito de Edvard Munch, o actitudes de rebeldía infantil: una niña sacando la lengua. Los colores principales evocan un infierno, sin representarlo, pero son matizados por intervenciones en lápiz de color azul y verde, haciendo un eco tonal de las emociones contradictorias sugeridas por las caras: deseo y frustración, placer y desagrado.

El espacio vital que se abre con cada rectángulo es el de la cotidianidad de la mujer-artista-madre-ama de casa. Las palabras sueltas pegadas sobre la superficie y las anotaciones manuscritas que rellenan los espacios restantes, nos invitan a acercarnos de manera más íntima a la obra y a la experiencia que registra. Nuestra percepción se desplaza de lo visual a lo verbal, y viene de regreso. La división espacial, que pasa de lo racional geométrico a lo aparentemente arbitrario del gesto, remite a la fragmentación de la experiencia cotidiana y del tiempo en el hogar, donde se intenta desarrollar la actividad profesional de la artista junto con el cuidado concienzudo del hijo y de la casa. "Tus múltiples necesidades", "pero no hay tiempo", "hoy", "teléfono", "pero hoy pinto", "amo a nuestro hijo-pañales de tela", "LUNES- : sacudir los sueños", "Si hay mucha ropa sucia"... son algunas de las oraciones que emergen del espacio pictórico. Aluden a cómo la responsabilidad materna moldea el tiempo y el espacio, a la imposibilidad de disponer de periodos largos para concentrarse en el trabajo, al sentido de que los objetos y las necesidades de los otros amenazan con tragar la identidad propia y la vocación, y a la manera en que es necesario enfrentar creativamente los límites que impone la maternidad para poder nutrir la creatividad artística a la par con la creatividad de nutrir y criar otro ser humano. El acto de transformar estas vivencias cotidianas en arte, de dibujar, cortar, pegar y coserlas en un formato que permite compartirlas y entretejerlas con el gozo, permite reconstituir y reconstruir la identidad propia y colectiva. Permite la supervivencia y el crecimiento.

La historiadora de arte inglesa Griselda Pollock retoma este tema de cómo las mujeres artistas ponen a trabajar creativamente los límites de tiempo y espacio impuestos por los roles sociales, en un artículo titulado "Modernity and the Spaces of Feminity" (La modernidad y los espacios de Ia feminidad), donde analiza la obra de dos pintoras del movimiento impresionista: Berthe Morisot y Mary Cassart. Señala cómo las definiciones canónicas del impresionismo se basan en la obra de los protagonistas masculinos de esta corriente, dejando a un lado las significativas diferencias en temática y construcción espacial de las impresionistas femeninas. Estas distinciones, argumenta la historiadora, se pueden entender como resultado de los límites impuestos sobre la mirada y la movilidad física de las mujeres "de buena sociedad" en el París de finales del siglo XIX. Observa que la temática de estas, autoras, a diferencia de la connotada "pintura al aire libre" de los impresionistas masculinos, se restringe predominantemente a ámbitos interiores así mismo, la mirada "desinteresada" del flaneur masculino que camina libremente por la ciudad, observando y registrando con su pincel la vida moderna, se reemplaza aquí con una mirada recatada que se enfoca sobre todo a miembros de la familia, amigos y escenas domésticas. En los casos en que se retratan escenas exteriores, siempre hay un tope visual -alguna barda o algún mueble-- que encierra e! campo visual, reemplazando las vistas panorámicas y e! tiro visual amplio de los pintores impresionistas con un ambiente más restringido.

Tal es el caso de En el balcón (I872) de Morisot; donde una mujer y una niña en el primer plano, observan el paisaje cerca del Trocadero, que se ubica en un segundo plano. El espacio semiprivado de las dos figuras femeninas se encuentra separado del espacio público por una balaustrada. De forma semejante, En la Opera (1879) de Cassatt, representa su protagonista femenina sola en un palco del teatro, su brazo apoyado en el balcón para observar concentradamente el espectáculo desde sus binoculares. La mirada respetuosa y detallista con la cual Cassatt nos introduce en e! espacio íntimo de esta mujer, contrasta con la descripción sumaria de los otros miembros del público a partir de pinceladas sueltas; uno de ellos - un caballero vecino- prácticamente se sale del palco en su intento agresivo de observar no el espectáculo, sino a esta misma protagonista femenina. Ella, absorta en la ópera, parece inconsciente de esta anécdota humorosa, que resume en una metáfora visual el contrapunto entre la mirada femenina y la masculina.

Desde luego, estas imágenes manejan una estética mimética y una visión de la mujer de clase alta disfrutando su tiempo libre, muy diferentes de los preceptos estéticos conceptuales y la visión del ama de casa-artista, presentados en la obra de Mayer. Los contextos geográficos, históricos, sociales y estéticos de las obras son, asimismo, muy diferentes. El hecho de que Cassatt y Morisot no tuvieron hijos, preservando el frágil espacio y limitada independencia social de la mujer artista decimonónica, también refleja las diferentes posibilidades que enmarcan sus actos creativos. En sus obras, el espacio social de la mujer está imbricado en la estructura compositiva y contenido icono gráfico, como si se tratara de una circunstancia dada, inevitable, sin fisuras aparentes. Los límites que la sociedad impone y la manera en que éstos condicionan su trabajo se traducen de manera cifrada. Queda a la historiadora del arte feminista, en este caso, leer entre líneas las obras y compararlas entre sí y con las de colegas masculinos, para hacer evidente las estrategias de representación que desarrollan estas autoras, en su esfuerzo de compaginar su condición social y de género con su vocación artística.

En cambio, en la obra de Mayer, la fragmentación, la dispersión, los deseos encontrados y la contradicción, son objeto de una costura tan evidente que protagoniza la estructura estética de la pieza, La angustia de la autora frente a las dos vocaciones creativas que debe cumplir constituye el tema de la obra, presentada con el sentido lúdico que le caracteriza. Abiertamente feminista en intención, nos invita a compartir su espacio y tiempo mentales, buscando identificación, catarsis y una mayor conciencia de la experiencia de la mujer.

Lo que vincula estos dos ejemplos es la reflexión que nos provocan: la diferencia entre las circunstancias de la creación masculina y femenina trasciende en la producción artística, en temas, en técnicas y en la representación del espacio y del tiempo. Los cánones artísticos tienen implicaciones vitales, y las estrategias con que las mujeres han buscado legitimar su producción en este campo, tradicionalmente masculino, implican un desafío y la búsqueda de soluciones creativas diferentes, tanto en el arte como en la vida.

*Karen Cordero Reiman es historiadora del arte, profesora del Departamento de Arte de la Universidad Ibe'roamericana y del Posgrado en Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM e integrante fundadora de Curare: Espacio Critico para las Artes.

2 Griselda Pollock, "Modernity and the Spaces 01 Femininity» en Norma Broude y Mary D. Garrard, comps., The Expanding Discourse: Feminism and Art History (Nueva York, Icon Editions / Harper Collins, 1992), págs. 245 -267.

MÓNICA MAYER

Por Carlos Blas Galindo

Viernes 16 de febrero de 1990, Artes Visuales, El Financiero

La artista visual, promotora cultural y activa feminista Mónica Mayer, exhibe a partir del 12 de febrero, en la galería de arte contemporáneo Lourdes Chumacero (Estocolmo 30, colonia Juárez), su exposición individual De niñas y pesadillas*, la cual está integrada con 45 obras sobre papel. En su nivel temático, la producción que exhibe esta artista implica un enfoque crítico y analítico a la vez, de las interrelaciones que generan entre la conducta colectiva de los adultos y el comportamiento infantil, así como también un análisis del importante papel que estas mutuas relaciones tienen en el desarrollo individual y, por ende, en el social**.

Sin duda, uno de los principales hallazgos que pueden ser apreciados en las piezas que la autora exhibe en esta ocasión es la presencia de escenas susceptibles de generar, en los públicos, evocaciones vinculadas con los motivos que ésta contienen. Lo anterior constituye una virtud desde el punto de vista comunicativo ya que, como se sabe, la capacidad de los artistas para despertar, en los espectadores, imágenes o experiencias mnémicas redunda en el incremento de las interpretaciones que estos últimos pueden plantear a partir de las obras de los primeros.

Mónica Mayer cuenta con un estilo sólido y original -logro, por cierto, nada sencillo de conseguir-, por lo que resulta fácil detectar sus obras dentro del amplio conjunto de las que se generan en nuestro medio cultural. Con esta exposición la autora confirma su determinación de proseguir sus indagaciones formales dentro del estilo individual que ha consolidado y, para hacerlo, ha incorporado algunas variantes, nunca radicales, tales como la disminu­ción, en número, de los apoyos ornamentales que caracterizaron su producción anterior.

Los protagonistas, desde el punto de vista iconográfico, de los trabajos que integran De niñas y pesadillas son la propia artista, su compañero Víctor Lerma y los hijos de ambos, Adán y Yuruen. No obstante, el espectador atento evitará confundir este recurso con una posible autobiografía visual de la autora o con una representación descriptiva de prácticas comunes en su familia. Con todo, el que Mónica utilice retratos de su pareja, de sus descendientes y de su persona es un hecho que evidencia que esta artista ha comprendido que su labor profesional y el resto de sus tareas conforman una unidad cuyos componentes no sólo no se encuentran disociados sino que cuentan con influencias permanentes y recíprocas.

Mónica trabaja a partir de imágenes fotográficas que primero reproduce en fotocopiadora y que luego transfiere al soporte definitivo de sus piezas, para posteriormente resolver la integración de esas figuras al contexto de sus obras mediante elementos visuales rítmicos y formas dibujadas: con pluma o pincel, en tinta negra y, ocasionalmente, en acuarela. Con la finalidad de enfatizar los nexos que presenta su producción con las evocaciones que remiten a los componentes antitéticos pero complementarios del aspecto afectivo de la conciencia en las etapas infantil y adulta, la autora ha colocado, en algunos de los recuadros con los que rodea a sus trabajos, trozos de encaje.

Por sus soluciones formales -independientes de lenguajes en boga, aunque relacionadas con expresiones contemporáneas- , por sus acabados -ahora más cuidadosos que en etapas anteriores- y por el dominio técnico de sus materiales -resultado de la innegable madurez profesional de esta autora-, la producción actual de Mónica Mayer constituye una valiosa aportación al desarrollo de la cultura artística del presente.

* El22 de agosto de 1989 Mónica publicó, en la columna Retrazos de esta sección, tres imágenes correspondientes a esta amplia serie.

**Cabe aclarar que la inclusión, en algunos casos, de escenas circenses, denota el deseo de Mónica de homenajear a María Izquierdo.

MÓNICA MAYER INTERIORIZA SU FEMINISMO

(Texto del Catálogo de la exposición: Novela rosa o me agarró el arquetipo)

A partir del próximo 23 de septiembre Mónica Mayer se presentará en el Museo de Arte Carrillo Gil Con una exposición de dibujos y título bastante literario: Novela rosa o Me agarró el arquetipo. La polisemia de esos dibujos es tal que me he propuesto tratar de expresar algunos de los significados y de las calidades que percibo. Si lo logro cumpliré la elemental función crítica del desentrañamiento, Intentaré darme a entender para que se entienda:

  1. Se trata de dibujos muy elaborados, hechos sobre papel filtro con grafito, lápices de colores, acuarela, tinta, fotocopias, transferencias de fotocopias; a veces recortadas, o superpuestas, o tramadas.
  2. Tanto el soporte como el marco han sido trabajados de manera poco habitual. El soporte del dibujo es un papel que muchas veces aparece soportado por otro u otros papeles y a su vez se apoya en una tela texturada con plumones, lápices de grafito y lápices de pastel. Los marcos no sólo establecen los límites de las superficies plásticas, sino que se integran a ellas porque han dejado de ser neutrales a causa de efectos pictóricos decorativos o expresivos, palabras, signos, representaciones directas en la madera o en papeles adheridos. Las fronteras se rompen y los límites se contrapuntean con lo limitado.
  3. Los dibujos tienen un desarrollo progresivo en 14 series o capítulos relacionados entre sí por los mismos protagonistas: la propia Mónica Mayer, serpientes, caminos, montañas, casas, enseres domésticos, mesas y sillas; caballos, esqueletos, tanques de guerra, pistolas, hachas, vírgenes y parientes cercanos (padre, abuelo, hijo). No siempre están presentes todos. Aparecen y desaparecen, como ocurre en cualquier novela, Pero aunque no se vean, subyacen, su sentido está latente en el argumento total. Esto se comprende mejor en la segunda lectura, cuando ya se han visto todos los dibujos una vez y se vuelven a observar.
  4. A estas alturas se com­prende que estamos frente a un relato visual. Este relato tiene algunas características específicas: es simbólico, en él alternan el humor blanco y el humor negro; por momentos es prolijamente racionalista o, por el contrario, se vuelve esotérico, introspectivo, melancólico, confuso, angustiante, hiperbólico, reiterativo. Indudablemente no es arenga, ni manifiesto ni panfleto; no podría serlo pues no es fruto de certezas o dogmas, sino resultado de dudas, cuestionamientos y vacilaciones, y pareciera estar cumpliendo funciones de tabla de salvación en una vertiginosa caída hacia la desesperanza y el escepticismo.
  5. No hay dogma, pero si hay una franca toma de posición. Es evidente que la autora del relato en primera persona casi auto biográfico, es una feminista militante, inconforme con los enunciados esquemáticos de un feminismo primario, enteco, repetitivo o conformista. En los dibujos pueden verse ,caminos sinuosos, convertidos a veces en enjambres o telarañas; son 16s caminos cotidianamente concretos que van de la casa a la montaña, al mar, al bosque, a la ur­be, al huerto, a la sartén, a la plancha; pero son también los previsibles caminos del oprimente arquetipo; o son los caminos hacia el hoyo negro de una duda existencia! sin más solución ni más respuesta que dejarse vivir según las reglas de un juego secular. La vida es la vida y se vive porque se vive y se camina porque no queda otra y qué gusto nos da ser frutos en los árboles de este paraíso terrenal y cumplir co­mo cualquier abeja o cualquier vaca o cualquier araña con la sagrada misión de reproducir la especie, bajo la advocación de una serpiente que perdió bíblicamente sus plumas cósmicas para convertirse en em­blema de pecaminosos y muy carnales acoplamientos. Queda el consuelo de llegar a ser madre, trabajadora y ciudadana ejemplar, según fórmulas consagradas en asambleas, parlamentos y partidos, Marchar ágilmente por este mundo de tierra y de agua, con los pantalones bien fajados y la cabeza en alto, aunque tiemble y se inunde en su centro el Distrito Federal y las casas de amigos y familiares queden reducidas a escombros o hundidas en el agua. Del mito a lo cotidiano, de lo cotidiano al mito, y nada es vulgar si tras del amor vienen los dolores del parto y un hijo crece como rama preciosa entre los brazos, ¿Acaso el cuento no iba a ser color de rosa? La heroína se salva y nada contra la corriente, rodeada de tanques, revólveres, sables y rayos del maligno, ¿Paz en dónde? ¿Paz en qué tierra? ¿Cuál paz quieren los hombres de buena voluntad? En las no­velas color de rosa las heroí­nas no son blanco de ningún tiro, aunque estén cogidas en la trama. La tormenta las pue­de poner de cabeza, pero la historia sigue su curso y a un hijo sigue otro hijo. ¡Reverdece árbol de la esperanza y mantente firme!
  6. Como tendencia, además del feminismo analítico e introspectivo ya señalado, estas series de Mónica Mayer son catalogables en algunas de las, corrientes posconceptuales, como lo son la narrativa visual y la verbalización como elemento complementario o de ruptura en la estructura plástica. Para la narrativa visual la palabra no es indispensable, pero sí la secuencia. En la verbalización visual no hace falta continuidad alguna, la palabra nada más, substituye a un elemento que pudo haber sido representado. Al estar inscrito, el elemento adquiere existencia y, según la capacidad o energía asociativa del espectador, puede jugar un papel muy activo dentro de la composición, sobre todo cuando se trata de palabras que impactan con fuerte descarga emotiva: jaula, derrumbe, lágrimas, sombra, lengua, hacha, lejos, pezón, secreto, cuchillo, mi vientre, celos, sola. Otras palabras parecieran proponer al espectador un juego de lotería; el dibujo pareciera convertirse entonces en un gran cartón donde una palabra precisa debe encontrar acomodo en un sitio determinado para que el significado del dibujo esté completo. En esa categoría se encuentran palabras como nube, vidrio, golondrina, huevo, sal, luna, caja, sábanas, cebolla, estufa, agua, avión, perros, río, toro. Pero sea uno u otro el efecto, el contrapunto entre lo abstracto del verbo y lo concreto de la imagen plástica produce sensaciones enigmáticas y despierta con la lectura la necesidad del desciframiento.
  7. Por último, reafirmo que el lenguaje combinatorio de Mónica Mayer corresponde a una estética posconceptual. Sus realizaciones son materiales, inclusive esmeradamente ma­teriales; pero sus imágenes emer­gen de un despliegue de ideas no representadas, bocetadas a veces, diseñadas por momentos, incitando siempre a una reflexión crítica, no del ser individual mostrado autobiográficamente, sino de la condición femenina en general. Desde sus dibujos Mónica Mayer libera impulsos para adquirir mayor conciencia sobre los mecanismos psíquicos, físicos y funcionales del ser femenino. La reflexión artística saca de su molde al arquetipo, lo desmenuza, lo resquebraja, aunque no logra desintegrarlo porque, al fin de cuentas, la serpiente se muerde la cola.

¿QUÉ ES PINTO MI RAYA?

Pinto mi Raya surge en 1989 como un espacio alternativo o galería de autor, dentro del marco de otros proyectos similares promovidos por artistas de nuestra setentera generación (también conocida como la Generación de los Grupos) como fueron El Archivero o La Agencia, así como los de otros artistas más jóvenes como La Quiñonera y el Salón des Aztecas. La sede original de esta mini-galería fue Sombrerete #505 en la Colonia Condesa. Nuestro objetivo fue crear un espacio que, a diferencia de lo que se podía exponer en ese momento museos y galerías, permitiera mostrar obra lúdica y crítica, subrayando la importancia del proceso. Desde entonces, más que presentar una visión depurada de la producción artística, nos ha interesado promover interacciones y mostrar procesos.

Víctor Lerma y Mónica Mayer en los setentas001 - copia        Foto de Jorge Arreola Barraza

Foto: Jorge Arreola Barraza

     Esta experiencia pronto nos llevó a detectar algunos de los problemas de nuestro sistema artístico y poco a poco nos transformamos en una plataforma desde la que organizamos proyectos de arte conceptual aplicado, término que acuñamos para definir obras que además de su valor simbólico pretenden intervenir de manera práctica su entorno proponiendo e implementando soluciones. O, como quien dice, lo que nos interesa es lubricar el sistema artístico para que funcione mejor. Nuestro trabajo ha sido comunitario a partir de nuestro propio medio.
 
     Pinto mi Raya es un proyecto independiente, pero sin prejuicios para trabajar con todos los miembros del sistema artístico. Seguramente no es redituable, viable o sustentable, pero nos divierte y nos apasiona tanto como cuando al echar un voladito, la moneda, de pura chiripa, cae de canto...su tercera cara. A eso le tiramos.
 
     En este sitio encontrarás un recorrido del nuestro proyecto, así como el trabajo individual de ambos.  
Mónica Mayer y Víctor Lerma

 

La historia de Pinto mi Raya

Pinto mi Raya es el proyecto artístico de largo aliento que fundamos Víctor Lerma y Mónica Mayer en 1989. Empezó como galería de autor para proyectos artísticos sin cabida en museos o galerías comerciales, pero pronto se transformó en una propuesta artística.

     El espacio funcionó como galería durante tres años. Nuestra primera exposición se llamó Diez años de casados y en ella ambos mostramos obra de pequeño y gran formato. Aquí encuentran Jubileo para el agua y el reino vegetal, el texto que escribió sobre el evento Perla Schwartz, Pinto mi Raya, el de Carlos Blas Galindo y Mayer y Lerma pintan su raya, la entrevista que nos hizo José Luis Alcubilla. 

     Como parte del proyecto también presentamos el performance Foto falsa a diez años de casados en el Centro Cultural Santo Domingo que fue parte de una larga serie de performances que hoy llamamos Las bodas que empezamos en 1980, el día que nos casamos. 

expo inaugural Pinto mi Raya001

 Con nuestros hijos el día de la inauguración.

     En la galería presentamos diversas muestras en colaboración con otros espacios independientes como Foco, El Unicornio Blanco y Los Caprichos. Algunas de las exposiciones fueron Neo-Cursi: artistas que realmente saben amar, Madrecitas: obra de pequeño formato y Contaminación No.

   Muy pronto Pinto mi Raya empezó a transformarse, convirtiéndose en lo que definimos como un proyecto de arte conceptual cuyo objetivo era lubricar el sistema artístico. Esto nos ha llevado a incursionar e intervenir diferentes campos del arte.  Por eso, a veces lo que hacemos parece investigación o promoción o educación artística o formación de archivos o difusión y en ocasiones hasta puede definirse como performance. Pinto mi Raya es nuestra obra.

     Así, en 1991, con la galería Los Caprichos, organizamos el Proyecto Mimesis, uno de las primeras carpetas de electrografía en América Latina en la que participaron 25 artistas, entre ellos Gunther Gerzso, Manuel Felguérez y Vicente Rojo. A este proyecto, a lo largo de más de una década, le han seguido otros proyectos de producción e investigación como Aquerotipo, Electrografía Monumental Sobre Papel de Algodón (EMPA), Gráfica Periférica, La Pala y Memoria Virtual.

     Ese mismo año también echamos a andar lo que habría de convertirse en el proyecto eje de Pinto mi Raya, que es un archivo hemerográfico especializado. Planteamos el archivo como obra y como acto de defensa personal. Ante la escasez de libros de arte contemporáneo que aún hoy en día se publican en el país y que en ese momento era mucho más aguda, y el hecho de que sólo en la ciudad de México existen 35 diarios en cuyas páginas se escribe constantemente de arte, empezamos a reunir todo este material. Actualmente el archivo cuenta con más de 30,000 artículos de opinión, entre críticas, crónicas y reseñas. Pero además, este trozo de memoria de las artes visuales mexicanas ha servido como punto de partida para otras de nuestras obras. En esta nueva etapa el archivo se ha vuelto digital.

     Nuestro archivo provee diversos servicios. Raya. Crítica y Debate en las Artes Visuales es una recopilación quincenal de crítica. A este servicio han estado suscritos importantes bibliotecas especializadas como la del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, la Biblioteca de las Artes en el Centro Nacional de las Artes, la Biblioteca de Casa Lamm, la Biblioteca de la Fundación Jumex, la Biblioteca FEMSA y la Biblioteca de la Universidad de Monterrey. A agunas instituciones, como el Centro de la Imagen, durante mucho tiempo le proporcionamos el servicio de Egoteca, guardando todo lo que salía sobre fotografía.

     Con el cambio de milenio y una década de material hemerográfico, decidimos lanzar un proyecto de investigación o "peinado" del archivo en torno a temas específicos. Este proyecto se llama Hurgando en el Archivo. Ya tenemos varias recopilaciones sobre diversos temas como mujeres artistas, gráfica digital, instalación, fotografía, espacios alternativos, educación artística, arte público y performance. Algunas de estas investigaciones, como * Arte público en el archivo de Pinto mi Raya y Siqueiros en el archivo de Pinto mi Raya las realizamos como parte de Siqueiros a tres voces, una obra de arte conceptual aplicado que presentamos en la Sala de Arte Público Siqueiros en 2002. Digital y virtual. Textos sobre gráfica digital y artes electrónicas en el archivo de Pinto mi Raya es la base de otra de Memoria Virtual, una pieza que reúne nuestro interés en la investigación y en la gráfica digital. En 2005 realizamos el proyecto Hurgando en el Archivo que consistió en hacer compendios temáticos del material de nuestro archivo sobre los temas que más nos interesan como mujeres artistas, performance e instalación. En 2011, para celebrar 20 años del archivo, actualizamos y digitalizamos estos temas y creamos Archivo Activo, un archivo de artista con casi once mil textos.  El archivo también nos llevó a desarrollar formas de distribuir nuestros materiales, principalmente a través de mesas redondas, especialmente en nuestros Aniversarios  y El puesto que hemos instalado en ferias y congresos durante muchos años.  A su vez estas experiencias nos permitieron plantear proyectos de objetos artísticos de uso cotidiano relacionados al archivo y surgió Del Archivo a tu casa.

     Por otro lado, como parte de Pinto mi Raya también hemos realizado diversos performances y piezas conceptuales planteando soluciones a una variedad de problemas del sistema artístico como: la falta de documentación, las relaciones entre críticos y artistas o el sistema de concursos de arte. Algunos de ellos han sido El Balcón del CENIDIAP (1996), El Mejor Amigo de los Museos (1998), la revista virtual La Pala (1998), Ruedo/Rueda de Prensa (1999), el programa radiofónico Pinto mi raya: un espacio donde las artes visuales suenan (2001-2002) y el tele-taller Por amor al arte que se transmitió por el canal 23 en 2002. También hemos hecho piezas como Yo no celebro ni conmemoro guerras, Si tiene dudas, pregunte y Del archivo a tu casa que sabemos cuando empiezan, pero no cuando terminan y que tienen la flexibilidad de habitar distintos soportes -desde objetos hasta gráfica-, de aparecer de manera efímera a través de un performance o una instalación e incluso a crecer a partir de la colaboración del público. Como algunas de estas piezas son de difícil definición, hemos optado simplemente por llamarlas "proyectos".

     En este sitio encontrarán un registro del recorrido que hemos realizado como Pinto mi Raya y también el que hemos hecho de manera individual.