Víctor Lerma realizó este performance el Día Mundial de la Tierra en 1990.
La pieza consistió en utilizar un enorme sello con el cual imprimió la imagen de un árbol por toda la plancha del Zócalo de la ciudad de México y continuó haciéndolo hasta llegar al Museo de Antropología donde realizó una pequeña instalación con pequeñas fotocopias del mismo árbol pegadas a palos de paleta que colocó a manera de ofrenda frente al Tlaloc, el dios de la lluvia.