Jueves, 18 Julio 2013 16:13

ARCHIVA: arte, archivos y género (el taller)

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Me encanta cuando los proyectos se me empiezan a entretejer solitos.

Como saben si han seguido este blog sobre arte y archivo, el proyecto está dividido en visitas a archivos y las obras/acciones a partir de éstas (Visita al archivo Olivier Debroise, Visita al archivo Pinto mi Raya, etc) y la creación de la Red de Arte y Archivos. Al igual que en otras de mis propuestas, en esta también se desdibujan las fronteras entre la elaboración de objetos artísticos, el activismo, la gestión, la educación, la difusión y la reflexión teórica.

El año pasado empecé la Visita al archivo Ana Victoria Jiménez, mismo que se encuentra en la Universidad Iberoamericana y que reunió mi querida amiga Ana Victoria a lo largo de varias décadas en la que participó y documentó el movimiento feminista en México.

Es una visita curiosa porque aunque participé en el movimiento feminista, evidentemente no fui a todos los eventos que registra Ana Victoria. Sin embargo son parte de una historia que comparto y por lo tanto me siento con derecho a reactivarla a y/o reactualizarla con toda la libertad del mundo. En función de esto he estado realizando la pieza Una maternidad secuestrada es que consiste en una serie de acciones (performances, intervenciones en redes sociales, etc.) que está ampliamente documentada en este blog.

Por otro lado, Jiménez, quien fue muy activa en todos los eventos de arte feminista setenteros y ochenteros, documentó con particular cariño todas las manifestaciones culturales dentro del movimiento feminista, lo que a la distancia me ha permitido tener otra perspectiva y darme cuenta de muchas cosas entre las que resaltan dos.

1) El movimiento feminista era eminentemente cultural, lo cual lo diferencia de otros movimientos políticos del momento. Basta ver que la primera manifestación feminista fue en contra del mito de la madre, para entender que su propuesta abarcaba planos que otras luchas ignoraban.  

2) Hay procesos de invisibilización y auto-invisibilización que no hemos superado. Por ejemplo, yo misma me di cuenta que he aceptado la versión oficial de la historia del arte en México que incluye la participación de Los Grupos setenteros y su artivismo, pero nunca se me había ocurrido que también deberían estar incluidas en esa narrativa las propuestas performáticas de las feministas de la misma época. Grupos como La Revuelta realizaron performances muy interesantes que no se han tomado en cuenta. O, por ejemplo, hoy no entiendo por qué el trabajo de fotógrafas como Ana Victoria Jiménez o Rotmi Enciso no está incluido ni siquiera en los textos dedicados exclusivamente al trabajo de las fotógrafas porque su temática ha sido la lucha feminista.

Como siempre digo, la auto-invisibilización y los huecos que ésta deja en el archivo vienen de un problema de auto-estima. Si toda la vida nos hemos tragado la historia de que lo que hacemos no es suficientemente importante, si siempre nos han dejado fuera de las narrativas oficiales, al rato nos creemos la historia y solitas nos excluimos. Para tener buenos archivos hay que tener egos fortalecidos y creer que lo que hacemos es importante y vale la pena conservarlo.

En función de esto surgió la necesidad de hacer ARCHIVA, que inicialmente consistía en hacer un archivo con 50 obras maestras de arte feminista en México, pero que ahora también se transforma en un taller y (próximamente) en un performance. La Visita al archivo Ana Victoria Jiménez y la Red de archivos y arte ya se me mezclaron. Todo se entreteje.

imagen taller Monica

El primer taller se llevó a cabo el 13 y 14 de julio de 2013 en Pinto mi Raya y llegaron 5 personas: Yunuen Díaz, Ina Riaskoff, Andrés Aguilera, Maru de la Garza y Katia Ramírez. Un grupo pequeño, pero muy consistente porque había quienes están produciendo material para archivos (artistas), quienes están creando archivos y quienes trabajan en archivos ya existentes.

IMG 2161  IMG 2162

El objetivo se planteó así:”El archivo es un campo de batalla. En él se decide qué perdura y qué se olvida, incluyendo nuestras ideas sobre el arte y el género. Este taller intensivo es un espacio de reflexión, creación y acción en torno a la visibilidad/invisibilidad de las artistas dentro del archivo. Es un espacio para compartir información y experiencias, crear vínculos, plantear dudas, desarrollar estrategias y crear obra en torno a trinomio arte, archivo y género”.

A la hora de diseñar el taller traté de empatar el contenido con la forma. Organicé el material en 4 rubros: mí recorrido por las cuestiones de género, mi pasión por el archivo, ejemplos de obras artísticas a partir de archivos y archivos de arte y obras artísticas y archivos de arte feministas. Ilustré mis pláticas con abundantes materiales del archivo y hablamos de una infinidad de temas: la importancia del archivo, las exposiciones de archivo, archivo y repertorio, performance y documentación, las aportaciones de la visión de género al arte, el arte feminista en México, los artistas y sus archivos, los archivos y el arte contemporáneo, etc. etc.

Por otro lado, utilizamos como dinámica la estructura del pequeño grupo porque era una práctica generalizada en el feminismo setentero que considero fundamental y que se ha perdido. Fue una manera de reactivar una práctica. Este taller fue breve y no dio tiempo de hacer muchas dinámicas, pero para el próximo (en Zacatecas del 22 al 26 de julio) ya estoy preparando todo un menú con algunas de esas prácticas femeninas de transmisión de conocimiento que conocemos tan bien, como el diario y la receta.

Al final todo el trabajo del taller sirvió para llegar a la pregunta final: ¿Aquí y ahora: qué hacemos tanto de manera individual como colectiva?

 

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