Miércoles, 03 Abril 2013 19:03

Gotas de sabiduría. Del archivo de Pinto mi Raya

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Esta es la historia de un performance para el que hicimos el guion pero que nunca realizamos porque se nos atravesó otro bastante más contundente.

A principios del milenio estuvimos muy involucrados en las actividades del FARO de Oriente porque Víctor empezó a dar talleres de performance ahí gracias a la invitación de Lelia Driben que trabajaba en la Secretaría de Cultura del DF y nos recomendó con nuestro querido Guillermo Peruggio. En aquel mítico espacio, conocimos a muchas personas que hoy son grandes amigos como Sigi Rodríguez, y Jazmín Lagarda y convivimos más con amigos de años como Antonio Ortiz (Gritón).

Además de los talleres, participamos en otras actividades como la presentación del número sobre performance de la revista Generación en 2002. Al igual que en muchas otras ocasiones, mi participación estaba pensada como una acción de mesa o conferencia performanceada, en este caso en colaboración con Lerma.

Unos días antes, el 29 de septiembre había escrito un texto para El Universal sobre citas célebres de artistas que había encontrado en el libro Citas de Arte y Libros de Belén Bermejo y José Calles Vales. Curiosamente, de todos los textos que me publicó el diario en casi veinte años, éste, que me parece bastante light e irónico, es el que más respuestas de aceptación tuvo por parte del público. 

La acción que diseñamos para la presentación de Generación consistía en que estando yo en la mesa, Víctor me interpelaría desde el público haciéndome preguntas que yo respondería con citas del libro.

Como suele suceder en esta vida, una propone y luego se arma el desmadre.

En la mesa participamos Eloy Tarcisio, Melquíades Herrera, Jorge Luis Berdeja y Adolfo Patiño. El moderador fue Benjamín González, quien dirigía el FARO y naturalmente por ahí andaba Carlos Martínez

Rentería, director de la revista.

Adolfo estaba sentado junto a mí. De repente, cuando apenas empezábamos Víctor y yo nuestra participación, Patiño me arrebató el micrófono. Se lo quité para continuar y me lo volvió a arrebatar.

Enfurecí y le propiné tremendo cachetadón. Según la crónica que hizo Carlos Martínez Rentería en la Jornada el 8 de octubre, “la maestra Mónica Mayer abofeteó de ida y vuelta al maestro Adolfo Patiño por su tono provocador”. Después de eso Adolfo se quedó quietecito.

Al terminar la mesa hubo un refrigerio en otro espacio. Cuando llegué todo mundo contuvo la respiración porque ahí estaba ya Adolfo. Me acerqué a Patiño y le di las gracias porque siempre había tenido ganas de cachetear a alguien en público y él me había dado la oportunidad. Asunto resuelto. A partir de ese día Adolfo me saludó con un afecto que jamás me había mostrado anteriormente... y no me volvió aarrebatar nada.

La última vez que lo vi, poco antes de su triste y prematura muerte en 2005, me preguntó qué había hecho para provocarme tanto, que para nada fue lo que dijo, sino lo que hizo y le respondí que me había remitido a mi infancia: crecí entre hermanos varones y pronto aprendí que había casos en los que para defenderse resultaba más eficiente un ataque veloz, contundente y sorpresivo que apelar a la autoridad familiar. Nada más sonrió.

 guion para performance cachetada003

Tipo de documento: guion para performance de mesa

Autor: Mónica Mayer con la participación de Víctor Lerma

Fecha: 5 de octubre de 2002

Medidas: 1 hoja tamaño carta mecanuscrita con anotaciones

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